“BASCONGADOS E LATINADOS”. UNA INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA SOCIOLINGÜÍSTICA DEL ALTO NERVIÓN (III)

Segunda parte

5. “Bascuence y castellano”: testimonios sobre la situación lingüística a principios del XIX

Otro documento bien conocido es Pueblos de Álava por vicarías, escrito por Lorenzo Prestamero sobre el año 1800 y en el que los pueblos de las vicarías de Zuya, Orduña, Ayala, Orozko y Tudela aparecen clasificados como euskaldunes, en los que serían inútiles los curas que no dominaran la lengua vasca. Los investigadores siempre han llamado la atención sobre la aparición de la vicaría de Tudela, que incluye Artziniega y pueblos cercanos, así como la de Orduña. Aunque hubiera gente que aún conociera el euskera, el castellano debía ser la lengua de la práctica totalidad de la población. Como señala A. Ibisate, es posible que Prestamero exagerara la importancia del euskera en algunas zonas para reforzar su argumento: que la Corona no podía nombrar presbíteros foráneos en detrimento de los patrimoniales de cada localidad. Situando el euskera como condición indispensable para servir en sus parroquias, se limitaba mucho el número de candidatos que pudieran optar a la plaza y así se posibilitaba el acceso a la misma de los lugareños e hijos del lugar.

En 2008 H. Knorr publicó una carta que, por aquel entonces, Prestamero envió a Wilhem Von Humboldt. Al tratarse de un documento privado, cabe pensar que el contenido no estaría condicionado como en el caso anterior y buscaría un fin meramente informativo para satisfacer las demandas del alemán. En esta ocasión, los pueblos aparecen clasificados por cuadrillas, no por vicarías, si bien en realidad se refiere a hermandades, y se dice que en la de Ayala “se habla bascuence y se hace mayor uso del romance. La sentencia no es todo lo aclaratoria que nos gustaría. Puede entenderse que el castellano se utilizaba más que el euskera, como sugieren los datos conocidos, pero también como una referencia a un creciente uso del castellano en el tiempo. Por su parte, sobre Arrastaria, Urkabustaiz, Artziniega y Zuya solamente se anota lo siguiente: “bascuence y castellano”.

En 1807, el francés Eugene Coquebert de Montbret puso en marcha una investigación sobre las características y los límites del euskera en aquella época, para lo cual escribió al embajador francés en Madrid y desde aquí a diversas personas que podrían estar bien informadas. De esta manera, el cónsul francés en Santander indicaba que el límite del euskera pasaba por Urduña/Orduña, sin más precisiones. Más completo e interesante es el informe remitido por el comerciante gasteiztarra Manuel de Llano. Éste dividió las hermandades presuntamente euskaldunes de Álava en tres grupos en función del territorio con el que confinaban: Navarra, Gipuzkoa y Bizkaia. En este último grupo figuran cinco -Zigoitia, Zuya, Llodio, Ayala y Artziniega- y señala Llano: “en todas hablan el bascuenze, y tambien el castellano, en que tengan Pueblo de gran Poblacion”. Excluye, por tanto, Arrastaria y Urkabustaiz. Por su parte, un miembro del consulado francés en San Sebastián, nombrando el límite meridional del euskera, lo lleva desde Salvatierra dans le District de Ayala, jusqu’a Orduña.

Pero el testimonio más concreto de todos es el remitido por un agente francés situado en Bilbao que describe los límites orientales del euskera de la siguiente manera: Barakaldo, San Mamés, Albia, Abando, La Venta, Alonsotegi, Arrigorriaga, Ugao-Miraballes, Arrankudiaga, Areta, Laudio/Llodio, Okondo, Luiaondo, el puente de Marquijana, Amurrio, ici on doit décrire une autre ligne inclineé vers les monts d’Altube. Suponemos que esto incluye Larrinbe, Lezama y Astobiza, además de, por descontado, Baranbio. Por lo tanto, este informante sitúa el límite básicamente en los municipios por los que transcurre el río Nervión con la excepción de Okondo y desviándose en Amurrio hacia Altube, siendo Ubidea la siguiente localidad que nombra. De esta manera, este informante dejaría fuera del ámbito de extensión de la lengua vasca localidades como Zuaza, Izoria, Saratxo, Urduña/Orduña y los valles de Urkabustaiz y Zuya, además de Artziniega, claro está.

Creemos que esta definición es coherente con lo que sabemos por otras fuentes. Es obvio que nuestra comarca ocupaba el extremo suroccidental del mundo euskaldun del momento, manteniendo ese carácter fronterizo que le había sido propio de manera secular. Otros informantes franceses mencionan Urduña/Orduña sin concretar nada y testimonios a priori cualificados como el de Manuel de Llano constatan la presencia del euskera y el castellano en lugares cuya historia sociolingüística es tan dispar como Artziniega y Laudio/Llodio, pero incluso también en Zuya, ámbitos que Llano incluye en una misma categoría, sin diferenciar entre una zona euskaldun y una castellana. Que el límite definido por el informante bilbaíno nos resulte verosímil no significa que fuera de estos límites no existieran vascoparlantes en mayor o menor número. Pero, en lo que respecta al euskera como lengua viva y cotidiana, y por ello nativa de la población que nació por aquellos años, nos inclinamos a creer que aquella descripción es bastante acertada.

Algunos testimonios sitúan Urduña/Orduña en la frontera lingüística y creemos que la situación en este lugar puede ser indicativa de lo que estaría ocurriendo en localidades próximas en las que Prestamero o Llano decían que se hablaba “bascuence y castellano” pero que quedaban fuera del límite definido por el informante bilbaíno. Sabemos que en 1810 el gobernador de Bizkaia Pierre Thouvenot ordenó investigar el patrimonio de la Iglesia, razón por la cual el ayuntamiento de Urduña/Orduña realizó varios informes sobre la situación del clero en la ciudad[1]. En uno de ellos aparecen los clérigos regulares que quedaban en el lugar: algunos eran naturales de la ciudad y se encontraban allí a pesar de tener plaza en otros conventos mientras que otros permanecían en el convento de San Francisco. Uno de éstos era Juan de Zorroza, natural de Morga de veintiocho años, quien tenía permiso del Corregidor y el Diputado General para “confesar en Bascuenze por no haber otro que sepa dho Ydeoma” en toda la ciudad. Es decir, era el único sacerdote euskaldun.

Que en 1810 fuese necesario disponer de un confesor vascoparlante en la ciudad significa que había personas que no sabían castellano o no eran capaces de expresarse correctamente en este idioma, de lo contrario no habría necesidad alguna de tener un confesor en lengua vasca. En cualquier caso, creemos que Zorroza no era el único clérigo que sabía euskera, ya que en el convento había otros procedentes de Durango y Garai. Interpretamos que, cuando se dice que no había ningún otro clérigo que supiera euskera, se refiere a los curas del Cabildo de la ciudad que estaban en activo. Pues bien, había catorce beneficiados pero en aquel momento solo tres estaban en activo como párrocos: Manuel de Herrán, Marcos de Mendibil y Rufino de Gabiña, todos orduñeses. Otros cuatro beneficiados estaban fuera y tenían nombrados capellanes que cumplieran con sus obligaciones. Por lo tanto, si hacemos caso a lo que se dice en el texto, ninguno de estos siete sabía euskera. Suponemos que la lengua no era de uso común en Urduña/Orduña en el momento de su nacimiento.

Entonces, ¿quiénes eran los euskaldunes a los que debía atender Zorroza hacia 1810? Según J. Sánchez Terradillos, citado por A. Ros, por aquella época “había artesanos y jornaleros que se expresaban mal en castellano o lo ignoraban absolutamente”. Este testimonio puede dar pie a interpretaciones que sitúen el euskera como lengua mantenida por las clases bajas frente a unas clases medias y altas que habrían adoptado el castellano, razón por la cual ningún sacerdote lo sabía. Sin embargo, ya hemos visto anteriormente cómo las élites del lugar, aunque hablasen castellano, no abandonaban el euskera si éste era el idioma habitual. Por eso creemos que la mayoría de euskaldunes desconocedores del castellano que habría en el lugar serían seguramente procedentes de otros puntos de Bizkaia, Gipuzkoa o incluso localidades de la comarca en las que seguía vigente la lengua, todos ellos colectivos bien presentes en Urduña/Orduña a lo largo de la historia. En cualquier caso, alguna presencia debía tener la lengua en la zona -quizá no en la misma ciudad pero sí en su entorno- para que diversos testimonios de la época lo sitúen en el límite geográfico del euskera.

Por último, en 1806 se dispuso que el castellano era la lengua más adecuada para predicar en Luiaondo. Por eso, hacia el año 1817 los sacerdotes del lugar, que eran los hermanos Juan Pablo y Canuto de Olamendi, nacidos en Urduña/Orduña en 1785 y 1787 respectivamente, escribieron una carta al Vicario de Ayala protestando la presencia de religiosos foráneos que predicaban en euskera, cuando los únicos vascoparlantes que había eran “unas pocas personas forasteras que tomaron estado en esta parroquia”. Según ellos, eran pocos los que decían que no entendían el castellano y eran más los que decían que no sabían euskera, por lo que predicaban en castellano sin que hubiera queja alguna.

Por lo tanto, según la imagen que nos proporcionan estos sacerdotes en el pueblo de Luiaondo, había quienes no entendían euskera -los más- y quienes no entendían castellano -los menos, y foráneos-. Puede que el castellano fuese conocido por una gran parte de la población pero eso no significa necesariamente que los únicos euskaldunes fuesen inmigrantes. Puede que los sacerdotes describieran una situación más acorde con sus intereses -que no se predicase en euskera, idioma que probablemente no conocían- que con la realidad. Creemos que esta convivencia en una misma localidad de personas castellanoparlantes y vascoparlantes monolingües debió ser habitual, sobre todo en lugares como Luiaondo, en pleno Camino Real, por donde transitarían multitud de castellanos, alaveses, etc. Sobre la vigencia del euskera en Luiaondo, sobre 1820 el fraile Antonio de Añibarro la mencionaba entre unas pocas localidades euskaldunes fuera de Bizkaia. Ello no habría sido así si los únicos vascoparlantes del lugar hubieran sido foráneos.

Esta problemática al respecto del idioma empleado por los sacerdotes, que ya hemos visto en Laudio/Llodio, Urduña/Orduña y Luiaondo, aparece también en Okondo por esta época. Así, en tiempos de la Guerra de Independencia un sacerdote de aquel valle fue depuesto por no saber euskera y éste argumentaba que este idioma no era necesario para ejercer en el valle, ya que de cuatro sacerdotes que había tres eran castellanoparlantes. Esta imagen contrasta considerablemente con la que en aquellos años transmitía José Pablo de Ulibarri respecto al momento de su niñez, apenas veinticinco o treinta años atrás.

Por último, cabe señalar que, el 13 de mayo de 1843, una Real Orden determinó que Orduña pasara a Álava y los valles de Laudio/Llodio, Okondo y Luiaondo a Bizkaia. Las autoridades provinciales no quedaron conformes y el 12 de septiembre se decretó el regreso a la situación anterior. En este contexto, debió elaborarse un escrito conservado en el archivo de Luiaondo y cuyas primeras páginas no conocemos ni tampoco la firma, pues únicamente vemos que está firmado en Llodio. El autor del escrito defiende la idoneidad del cambio. Tras enumerar una serie de argumentos geográficos, etnográficos, económicos y prácticos, se afirma que “sabido es que la generalidad de los Alaveses han olvidado de todo punto el idioma Euscara o bascongado, que en Guypuscoa y Viscaya se conserva con religiosa veneracion, como el monumento que recuerda su apego a las tradiciones, a los hábitos y las costumbres sencillas y patriarcales de sus mayores. Pues bien, esta lengua, importada en España por sus primeros pobladores, tan rica de voces, tan armoniosa en sus modulaciones, tan filosófica en su etimología y conseptos, no solo se habla todavia en Llodio, Oquendo y Luyando, sino que es el dialecto común del vecindario en el primero de estos pueblos”. Es decir, la lengua continuaba vigorosa en Laudio/Llodio, pero no tanto en los otros dos pueblos, aunque aún se conociera.

6. La desaparición del euskera nativo

Esta cuestión ya la tratamos en un artículo anterior publicado en la revista Kondaira, de manera que en esta ocasión nos limitaremos a recoger las ideas principales. En aquel trabajo combinamos los testimonios documentales disponibles, bien conocidos por la historiografía, con la información obtenida a partir del padrón municipal de Bilbao del año 1920. En éste se incluyó la pregunta ‘¿sabe o no euzkera?’ de manera que cada individuo debió responder a la misma. Así, identificamos un total de 286 euskaldunes naturales del Alto Nervión, 187 mujeres y 99 hombres, repartidos en 233 viviendas y con una media de cuarenta y cinco años de edad. La mayoría procedían de Laudio/Llodio y del hoy extinto ayuntamiento de Lezama. En la siguiente tabla, presentamos los datos ordenados por ayuntamientos, respetando la división administrativa vigente en aquel año 1920.

Tabla 1: Euskaldunes naturales del Alto Nervión residentes en Bilbao en 1920

MUNICIPIOINDIVIDUOS%
Llodio13747,9
Lezama6623,08
Orduña279,44
Ayala217,34
Amurrio175,94
Artziniega103,5
Okondo72,45
Arrastaria10,35
TOTAL286100

FUENTE: Padrón municipal de Bilbao (1920)

Disponemos también de algunos datos que contribuyen a completar las conclusiones que alcanzamos en su momento. Por ejemplo, en 1828 siete carreteros amurrianos que iban rumbo a Bilbao tuvieron una trifulca en Arrankudiaga, tras la cual continuaron su camino hasta una posada en Ugao-Miraballes. Cuando las autoridades interrogaron a los posaderos para saber si los carreteros habían hablado del incidente, aquellos respondieron que nada podían decir, porque los susodichos hablaban en castellano, idioma que uno no poseía y el otro muy poco[2]. Solo conocemos la identidad de uno de los carreteros: Fernando de Aguirre Sautu, alias Godoy, nacido en Amurrio en 1771. Fernando estaba alfabetizado y fue un hombre con un cierto status en el Amurrio de su época; no resulta extraño que supiera castellano, ello tampoco significa que no supiera euskera, pero lo cierto es que aquel fue el idioma que emplearon para hablar entre ellos. Puede que alguno de los hombres no conociera el euskera y por eso hablaban en castellano, idioma que todos ellos debían conocer. No nos parece atrevido concluir que la lengua castellana estaba muy extendida en Amurrio antes de la Primera Guerra Carlista. En cuanto a la lengua vasca, Ladislao de Velasco, en un libro publicado en 1879, señalaba que había unos cien euskaldunes en la localidad, el 8,33% de la población que registraba en el censo de 1867[3].

Lo cierto es que, aunque el 20% de los amurrianos que residían en Bilbao en 1920 conocían el euskera, el análisis individual de cada uno de ellos nos lleva a concluir que posiblemente constituyen casos que poco tienen que ver con la pervivencia de la lengua vasca en la localidad: casos poco fiables en su catalogación, sirvientas en familias euskaldunes, inmigrantes de áreas vascoparlantes, etc. Creemos, por tanto, que la transmisión generacional del euskera después de la Primera Guerra Carlista habría sido testimonial en Amurrio.

Lo mismo parece ocurrir en Larrinbe y Lezama. En 1888, en el único número de la revista Gure Izarra, se presentó una carta en euskera escrita desde Lezama pero no hemos determinado quién fue el autor de la misma, ya que firmó con una lacónica letra B. En 1934 M. Lekouna escribió que en Lezama había algún que otro caserío euskaldun, que podemos atribuir a la existencia de población procedente de Bizkaia[4]. En cuanto al euskera nativo, en el padrón de 1920 aparecen como euskaldunes dos mujeres nacidas en la década de 1840[5] pero otros coetáneos suyos dijeron desconocer el idioma. La transmisión generacional parece interrumpirse también, como muy tarde, en los tiempos de la primera carlistada.

En la zona de Astobiza duró un poco más[6]. Hay un testimonio particular sobre el que han tratado varios autores: la defunción en Altube de un guipuzcoano euskaldun monolingüe en 1836 que tuvo que ser escuchado en confesión por el sacerdote, castellanoparlante, por medio de intérprete, que fue el labrador de Astobiza Juan José de Lezameta. Nosotros hemos documentado en 1826 al escribano José Baltasar de Uriarte, natural de Sarría, interrogando a una cuadrilla de trabajadores guipuzcoanos en un caserío de Altube. Ninguno de ellos sabía castellano, como tampoco lo sabía Antonio de Celaa, guipuzcoano también y afincado en el caserío. El escribano Uriarte afirmó que no sabía “hablar el testigo el idioma de este país, solo si la Bascongada”. Los intérpretes fueron Pedro de Galarza y Juan de Múgica, también guipuzcoanos y residentes en Altube[7]. Como se puede ver, Uriarte consideraba el euskera una lengua extraña a su “país”, es decir, de Zuya y su entorno, debido a que no se hablaba. Por ello el sacerdote que ejerció en Astobiza tampoco lo sabría.

En este contexto, la presencia de numerosos inmigrantes guipuzcoanos en la zona fue motivo de debate para los investigadores de la lengua vasca. Y tampoco la presencia del sacerdote castellanoparlante pasó inadvertida. Así, en 1862 un sacerdote de Orozko decía: «Cree Epalza que en el pequeñisimo pueblo de Astobiza no se habla el bascuence, porque aun a principios de este siglo tenían un Párroco que no entendía de este idioma. Como ese pueblo está al pie del monte Altube, donde los veranos acude una multitud de carboneros, ya vizcainos, ya guipuzcoanos, algunos de estos de tarde en tarde casan alli, y acaso alguno que otro individuo de esa familia podrá usar el bascuence, pero fuera de aquí nadie«.

En el mismo sentido se expresaba José de Larrea el mismo año cuando escribió que Astobiza era una localidad con unas quince casas en la que se hablaba más castellano que euskera, pero, contando con los vecinos de Altube, Ziorraga y otros lugares que pertenecían a Zuya pero eran feligreses de Astobiza, entonces los euskaldunes eran mayoría, debido a la nutrida presencia de guipuzcoanos. Los datos extraídos del padrón bilbaíno coinciden con lo descrito[8].

No sabemos qué grado de conocimiento del castellano tuvieron los habitantes de Baranbio después de la Primera Guerra Carlista pero sí podemos determinar con detalle el retroceso del euskera. Este idioma habría sobrevivido varias décadas más en aquellos caseríos y barrios de la zona de Astobiza más próximos a Baranbio, y en esta localidad se mantuvo con vigor hasta los últimos años del XIX[9]. Es muy interesante, y poco conocido, el trabajo realizado por M. Lekuona en 1934 y 1935. Señalaba en aquel primer momento que, por entonces, solo una decena de caseríos eran euskaldunes en Baranbio. Al año siguiente, concretaba que solo en las casas de los inmigrantes, llegados de Orozko, Dima e Igorre, se hablaba euskera. Pero el desuso del euskera era muy reciente, tan reciente que el 95% de los mayores de treinta y cinco años lo sabía , y muy bien (“ederki egiteko eran jakin ere”), aunque no lo usaban. El 50% de los que tenían entre veinticinco y treinta y cinco años lo hablaban con torpeza, por falta de costumbre. Entre los veinticinco y los quince, el 15% lo conocía pero no lo hablaba. El resto ni lo hablaba ni lo sabía, y lo dicho era válido berdin kalean eta baseŕian. Por lo tanto, según las observaciones de Lekuona, la práctica totalidad de los nacidos antes de 1900 sabía euskera, la mitad de los nacidos entre 1900 y 1910 lo entendían y eran capaces de hablar algo. Posteriormente, solo lo conocían unos pocos. Estos datos coinciden bastante con los obtenidos a partir del análisis del padrón de Bilbao del año 1920, datos que nos muestran la vigencia del euskera hasta 1890 aproximadamente. Según parece, la pérdida de la transmisión generacional del euskera en esta localidad se produjo en un breve lapso de tiempo[10].

Junto a Baranbio, Laudio/Llodio fue el último pueblo euskaldun del Alto Nervión, pero a diferencia de aquel el retroceso del idioma parece haberse producido durante un periodo más largo de tiempo, quizá por su mayor extensión geográfica. Ladislao de Velasco afirmaba que el 76,33% de la población era euskaldun según el censo de población de 1867. Por su parte, en su relación de localidades vascoparlantes de Álava el Capitán Duvoisin no mencionaba Laudio/Llodio como tal sino que citaba los lugares de Zabala, Bitorika, Areta, Isusi y Dubiriz como euskaldunes, sin aclarar siquiera que son términos de Laudio/Llodio. Sin embargo, a pesar de que éste reduzca la vigencia de la lengua vasca a estos barrios situados al norte del municipio, en 1891 los curas del lugar aún pagaban por la traducción al euskera de un catecismo.

Por su parte, el análisis de Lekuona no es tan completo como el que nos ofrece para Baranbio, de manera que se limitó a afirmar que el euskera se hablaba en algunos caseríos de un barrio. Al año siguiente, en 1935, apuntaba que el barrio de Areta estaba castellanizado casi por completo. Aun así, O. Apraiz aseguraba a mediados de siglo que el euskera se conservaba en los caseríos más próximos a Bizkaia y en Areta. En nuestra opinión, se trataría de personas procedentes de Bizkaia y de los más ancianos del lugar; en todo caso, el euskera no se hablaba en absoluto en público.

El colectivo laudioarra es sin duda el más numeroso en Bilbao de todos los procedentes del Alto Nervión. Según el análisis de los datos del padrón de 1920, efectivamente el euskera retrocedió durante las dos décadas finales del siglo XIX. Es a partir de 1890 cuando los castellanoparlantes sobrepasan en número a los euskaldunes -siempre refiriéndonos a los nacidos, claro está-. Por el contrario, entre aquellos que nacieron antes de 1880 los euskaldunes son mayoría, por lo que fue durante esa década que retrocedió de manera notoria. Insistimos en que, aunque decimos euskaldun o vascoparlantes, en ningún momento ello significa que estos individuos no supieran castellano.

Siguiendo nuestro recorrido, en el padrón bilbaíno de 1920 figuran trece personas nacidas en Luiaondo y seis de ellas se declaraban vascoparlantes[11]. Además, aparecen otros quince euskaldunes procedentes del municipio de Ayala. Según Velasco, en este municipio habría unos quinientos vascoparlantes, el 13,06% según el padrón municipal de 1867. A juzgar por la situación del idioma en Luiaondo, la única localidad que los autores contemporáneos citaban como medio-euskaldun en Ayala, nos parece a todas luces una cifra exagerada. Es posible que aún los hubiera en Zuaza[12]. En Bilbao hemos encontrado a dos nativos de dicha localidad que se confiesan euskaldunes: un hombre nacido en 1880 cuya mujer era euskaldun y a otro nacido en 1865 y cuya mujer e hija mayor también sabían la lengua vasca. Por lo demás, hay muchos naturales de Zuaza residentes en Bilbao que dicen no saber euskera, siendo el mayor de todos León Otaolaurruchi Ulizar, nacido en 1834. El resto de ayaleses constituyen casos aislados que no definen un patrón común que permita sacar conclusiones de ningún tipo.

Por último, el Príncipe Bonaparte creía que en la segunda mitad del XIX el euskera aún era dominante en Okondogoiena, en aquellos barrios más próximos a Laudio/Llodio. De este modo, Velasco cifraba en trescientos los vascoparlantes que restaban en el municipio, los cuales representaban el 29,01% del censo en 1867. Sin embargo, los datos obtenidos en el padrón de 1920 nos muestran que los euskaldunes del valle eran solo el 9,09% de todos los okondoarras residentes en la capital vizcaína. Nada menos que veintiuna personas nacidas antes de 1860 desconocían el euskera. Ni siquiera parece haber sido idioma frecuente en Okondogoiena. El euskaldun más joven de todos los que aparecen nació en 1891, en Okondogoiena a juzgar por los registros parroquiales, pero no podemos decir si su euskera era aprendido en casa o no. Un ejemplo significativo de la complejidad de la cuestión es el de los seis hermanos Larrea Urquijo de Okondogoiena: dos figuran como conocedores del euskera, nacidos en 1865 y 1870, y cuatro no lo sabían, nacidos en 1863, 1865, 1877 y 1880.

En lo que respecta a otros territorios del Alto Nervión, consideramos que los casos hallados, por lo general, no tendrían relación con el euskera nativo de la comarca. En otras palabras, no eran los últimos euskaldunes de sus localidades, no se trata de individuos que hubieran conservado el idioma aun cuando ya no era común en su entorno. No se puede descartar esta opción de manera definitiva, pero las tendencias generales son muy claras. Que algunos individuos aprendieran el idioma sirviendo en contextos vascoparlantes o que vinieran de fuera no alteran el panorama descrito hasta el momento, no se trata de detectar casos anecdóticos sino de definir las tendencias generales.

Por lo tanto, nos parece coherente aquella visión que el agente francés de Bilbao describía a principios del siglo XIX. Es muy posible que las alteraciones provocadas por la Primera Guerra Carlista influyeran en el abandono definitivo del euskera como idioma nativo de la población en Amurrio, Larrinbe y Lezama, y no tardaría en hacerlo en Luiaondo y Astobiza, sin que ello signifique que algunas familias lo conservaran algo más de tiempo. Sin embargo, Baranbio y Laudio/Llodio se mantuvieron mayoritariamente euskaldunes hasta finales de siglo. La interrupción de la transmisión generacional del idioma fue más bien abrupta, sobre todo en la primera localidad. En el espacio de unos veinte años el castellano se impuso como idioma único en el hogar y en la vida pública. La imagen de Lekuona es muy gráfica al respecto. De hecho, en el seno de una misma familia algunos miembros llegaron a aprenderlo y otros no. No deja de ser llamativo que el abandono de la lengua fuese tan repentino, teniendo en cuenta que se mantuvieron euskaldunes durante largo tiempo después de que las localidades próximas lo hubieran perdido. En este sentido, transcurre prácticamente medio siglo desde que cae en desuso en Lezama hasta que lo hace en Baranbio, entre una y dos generaciones, a pesar de ser localidades colindantes y pertenecientes a un mismo municipio. ¿Cuáles son las razones que explican este abrupto abandono de la que fue lengua nativa de una población durante siglos? ¿Por qué unas localidades la mantuvieron considerablemente más que otras aun estando una junto a la otra? ¿Cuáles son los factores determinantes en todo este proceso?


[1] AFB: Administración de Bizkaia, AJ01405/052

[2] AFB: Judicial, Corregidor, Criminal, JCR0999/001

[3] Barrenengoa señalaba en 1951 que aún quedaban euskaldunes en los barrios de Berganza y Onsoño, que pertenecen a Amurrio en lo civil a pesar de estar junto a Baranbio, en otro valle distinto y separado del resto del pueblo. En estos lugares la pérdida del euskera se produjo al mismo tiempo que en Baranbio (Barrenengoa 2007: 10).

[4] Archivo Municipal de Amurrio: Padrones Municipales de Habitantes de Lezama de 1930, 1933, 1934, 1935, 1936 y 1937. Signatura 2366/004

[5] Una de ellas es Francisca Arana Aguirre, precisamente nieta del mencionado Fernando de Aguirre; sus dos hijos también figuran como euskaldunes. Sin embargo, hay que señalar que aparece también un hermano de su difunto marido, natural de Zuaza, quien dice no saber euskera. La otra era Celestina Landaluze Ugarte, y aparece también un hermano suyo dos años más jóven, que dice no saber euskera.

[6] La parroquia de Astobiza daba servicio a los caseríos de Ziorraga y Altube, en jurisdicción de Zuya, la mayoría de ellos creados en torno a 1818 y que carecían de parroquia propia. También en ocasiones se bautizaron en ella los nacidos en las cercanas Ventillas de Ugazi, jurisdicción de Urkabustaiz.

[7] AFB: Judicial, Corregidor, Criminal, JCR4114/006

[8] Pongamos el ejemplo de unos primos feligreses de Astobiza. Por un lado, Lorenza y Cecilia Urrutia Esnal, nacidas en 1865 y 1873, sabían euskera (no así un sobrino suyo nacido en 1899 en la que fue casa natal de todas ellas). Por el otro, Carmen y Francisco Urrutia Ganzabal, nacidos en 1864 y 1870, no sabían. Creemos que la diferencia entre ellos es el hecho de que la madre de éstos últimos era natural de Ametzaga en Zuya.

[9] Barrenengoa entrevistó en la década de los setenta del siglo pasado a los últimos euskaldunes nativos vivos de la localidad, todos ellos nacidos en los años finales de la centuria anterior. En todo caso, solo hizo pública una entrevista a una mujer que afirmaba que todos hablaban euskera en Baranbio hasta la década de los veinte

[10] Existen castellanoparlantes monolingües en todas las franjas de edad, pero algunos casos nos resultan altamente sospechosos. Por ejemplo, tenemos el caso de un hijo de inmigrantes guipuzcoanos nacido en 1855 que dice no saber euskera al igual que su mujer, también natural de la localidad y de su misma edad. Puede que hubieran olvidado la lengua después de largos años en Bilbao y por eso dijeran que no sabían, o puede que la razón resida en los prejuicios existentes en la comunidad castellanoparlante respecto a los vascoparlantes, factor que bien pudo incidir en la negativa dada por algunas personas, de la misma manera que también pudo ocurrir el fenómeno contrario. Puede que algunas personas no supieran euskera por no conocer su madre la lengua, como pudo ocurrir con Regina Iñiguez de Onsoño Yarritu, nacida en 1870 y cuya madre era de Amurrio. También habría que mencionar el caso de las hermanas Francisca y Petra Urrutia Illarramendi, de cincuenta y ocho y cincuenta y seis años respectivamente; la primera dijo no saber y la segunda sí. Con ello queremos manifestar que hay muchos factores que han podido influir no ya en el conocimiento lingüístico de cada una de las personas, sino incluso en la decisión de responder sí o no a la pregunta formulada en el censo.

[11] Entre ellos, nos encontramos un empleado con apellidos castellanos, el caso de una joven de quince años que sabía pero no así sus padres -también lo sabe su hermana, nacida en Bilbao-, pero también a individuos como Santos Goicoechea Madariaga, nacido en 1877 e hijo de llodiano y nativa de Luiaondo, o la anciana Tiburcia Landa Gutiérrez, nacida en 1845 e hija de nativos.

[12] En esta localidad nació Simona Laburu en 1864, que pudo haber sido euskaldun según X. Xalbide:

https://arseniega.wordpress.com/2017/11/13/enkarterriko-ustezko-azken-euskaldun-zaharraz/. También parece que lo fue Enrique Camino, nacido en 1868 en el caserío Solaun, perteneciente a Zuaza pero situado en plena montaña y próximo al laudioarra barrio de Isardio

Cuarta parte

El Batallón Araba (II)

  1. Echabe Mascayano, Antonio Eulogio:

Barajuen

Compañía Eleizalde en enero, Sección Mixta en febrero, y luego en la Alaitza hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 13

  1. Echabe Mascayano, Nicasio:

Barajuen

Compañía Urrutia dese la segunda quincena de diciembre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 13

  1. Echabe Mascayano, Francisco:

Barajuen

Compañía Ayala desde noviembre hasta abril. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 143

  1. Echeguren Vallejuelo, Benito:

Amurrio

Compañía Eleizalde en octubre, luego en la Alaitza hasta la primera quincena de marzo. Luego se trasladó al batallón comunista Leandro Carro, en el que estaba su hermano Cándido (y tuvo otros dos en el Bakunin). Estuvo preso en El Dueso y luego en Puerto de Santa María, de donde salió en julio de 1941.

  1. Echevarria Acha, Ángel:

Amurrio

Compañía Estabillo en noviembre y primera quincena de diciembre, Urrutia hasta junio

  1. Echevarria Altuna, José Cruz:

Azkoaga

Compañía Estabillo desde enero hasta Santoña; herido desde la segunda quincena de junio

  1. Echevarria Ansorena, Jesús:

Baranbio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta marzo. Fue después al Batallón Telegrafista. Estuvo preso en los Escolapios y al final se exilió a Francia, donde desarrolló su carrera como escultor.

  1. Echevarria Iturri-Castillo, Julio:

Compañía Estabillo desde la segunda quincena de noviembre y diciembre; Servicios Auxiliares en enero, herido en marzo

  1. Echevarria Oseguera, Faustino:

Respaldiza

Compañía Eleizalde en octubre; Estabillo en noviembre y la primera quincena de diciembre; Urrutia hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar. Estuvo preso en Pamplona

  1. Echevarria Ozaeta, Francisco:

Laudio

Compañía Ayala desde octubre hasta junio; Cabo desde noviembre hasta el final

  1. Egaña Mendibil, Juan:

Bilbao

Compañía Estabillo desde abril hasta junio. Su hermano Ángel fue ejecutado y sepultado en una fosa común en Valladolid. Era Teniente del ejército republicano

  1. Eguia Basualdo, Saturnino:

Zuaza

Compañía Urrutia desde la segunda quincena de diciembre hasta junio, Cabo desde mayo

  1. Eguia Bizcarguenaga, Eduardo:

Laudio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio

  1. Eguia Orueta, José:

Laudio

Compañía Ayala desde noviembre hasta junio, estuvo herido desde la segunda quincena de diciembre hasta marzo

  1. Eguia Orueta, Juan:

Laudio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta abril como Suboficial

  1. Eguiguren Zarate, Antonio:

Laudio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta abril como Sargento. Estuvo preso en Pamplona

  1. Eguileor Llandera, Manuel:

Amurrio

Compañía Estabillo en septiembre y primera quincena de octubre. Luego fue Comandante de Intendencia. Desapareció en Santoña en julio de 1937. El expediente del Tribunal de Responsabilidades Políticas dice que fue detenido cuando intentaba pasarse al otro bando y llevado a Asturias donde fue cruelmente asesinado junto a otros presos de la Brigada Penal. Sin embargo, en septiembre de 1938 figura como huido en Francia junto a su esposa María Dolores Zulueta Vea-Murguia y sus tres hijas

  1. Eguiluz Ornes, Cunegundo:

Orduña

Compañía Estabillo desde septiembre hasta junio; Ayudante desde la segunda quincena de noviembre; Capitán desde la segunda quincena de marzo

  1. Elcoro Alday, Víctor:

Orduña

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña. Fue destino a un Batallón de Trabajadores

  1. Eleizalde Alcala, Cecilio:

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio

  1. Elejalde Ansorena, Feliciano:

Zuaza

Compañía Ayala de octubre hasta la primera quincena de diciembre; Urrutia hasta junio. Parece que falleció en el transcurso de la guerra, pero probablemente después, luchando por el bando contrario

  1. Elejalde Ansorena, Pedro:

Zuaza

Compañía Estabillo desde septiembre hasta abril

  1. Elejalde Yarritu, José Cruz:

Añes

Compañía Ayala desde octubre hasta junio

  1. Elexpe del Val, Ángel:

Costera

Sección Mixta en enero; pasa en febrero a la Compañía Estabillo hasta junio

  1. Elexpe del Val, José María:

Costera

Compañía Estabillo de septiembre a marzo, luego en la Urrutia hasta junio

  1. Elías Romero, Ángel:

Artziniega

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña; Teniente desde diciembre; herido desde la segunda quincena de mayo

  1. Ellacuria Larracoechea, Juan:

Arrankudiaga

Compañía Alaitza en diciembre y enero; luego fue miembro del Cuartel

  1. Ellacuría Larracoechea, Modesto:

Arrankudiaga

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Elorza Apodaca, Donato:

Altube

Compañía Ayala desde octubre hasta marzo; Sección Mixta en abril y mayo; Compañía Urrutia en junio y Santoña. Murió luchando en el bando sublevado en diciembre de 1938

  1. Elorza Eguren, Agustín:

Amurrio

Compañía Estabillo desde septiembre hasta Santoña.

  1. Elorza Elorza, Ignacio:

Altube

Se incorporó a la Estabillo en la primera quincena de noviembre y pasó en la segunda a la Ayala. Herido en Santoña. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores. Un hermano suyo falleció combatiendo con la División Azul

  1. Elorza Oyarzabal, Alberto:

Altube

Compañía Estabillo desde septiembre hasta Santoña, herido en la segunda quincena de mayo. Estuvo preso en Vitoria del 16 de marzo de 1939 al 25 de mayo de 1944

  1. Elorza Ruiz de Azua, Víctor:

Compañía Estabillo desde marzo hasta junio

  1. Elorza Urrutia, Juan:

Ziorraga

Compañía Estabillo desde septiembre hasta marzo; en abril asciende a Sargento en la Compañía Ayala, hasta junio. A pesar de ser simpatizante del PNV, en agosto del 36 un grupo de milicianos lo apresó y lo llevó a Bilbao.

  1. Epelde Ganzabal, Benigno:

Astobiza

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio, Cabo desde mayo. Estuvo preso en el Campo de Concentración de Santander. Entre 1938 y 1943 formó parte del Regimiento de Infantería San Marcial nº 7.

  1. Epelde Ganzabal, Pedro:

Astobiza

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña, herido en este último momento. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 42

  1. Epelde Uribarri, Juan:

Oiardo

Compañía Ayala desde octubre hasta enero

  1. Epelde Uribarri, Ricardo:

Oiardo

Compañía Ayala desde la segunda quincena de noviembre hasta marzo; Sección Mixta en abril y mayo; Compañía Alaitza en junio y Santoña

  1. Ercilla Goicoechea, Dionisio:

Compañía Estabillo desde abril hasta Santoña

  1. Errasti Errasti, Lucio Domingo:

Compañía Estabillo desde enero hasta junio

  1. Errasti Pagaldai, Julián:

Compañía Urrutia desde enero hasta junio

  1. Errasti Pagaldai, Pedro:

Sección Mixta en enero; luego en la Urrutia hasta mayo. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Escauriaza Isusi, Lázaro:

Laudio

Compañía Estabillo desde septiembre hasta la primera quincena de diciembre, Cabo desde la primera de noviembre; pasa a la Urrutia hasta junio, asciende a Sargento en febrero, a Teniente en mayo. Fue encarcelado.

  1. Espiga Urteaga, Joaquín:

Compañía Estabillo desde la segunda quincena de diciembre hasta junio; Cabo desde abril

  1. Estarrona Larrazabal, Félix:

Vitoria-Gasteiz

Compañía Ayala desde octubre hasta abril; fue Cabo en noviembre y primera quincena de diciembre, y de nuevo en abril. Condenado en Consejo de Guerra en 1937

  1. Estrada Diego, José:

Llanteno

Compañía Eleizalde en diciembre y enero; Servicios Auxiliares (convoy) desde febrero hasta Santoña

  1. Fernández de Aguirre Sacristán, Félix:

Compañía Estabillo en mayo y junio

  1. Fernández de Arroyabe Uriarte, Daniel:

Murua

Compañía Alaitza desde diciembre hasta mayo; siempre como Teniente. Luego pasó al Malato, donde fue Capitán de la 2ª Compañía.

  1. Fernández de Eribe Antepara, Luis:

Compañía Eleizalde desde diciembre hasta junio; herido en enero

  1. Fernández de Eribe Antepara, Marcos:

Compañía Eleizalde desde diciembre hasta Santoña; herido en este último momento. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Fernández de Retana, Eulogio:

Yurre

Compañía Eleizalde en enero.

Se alistó voluntario, ya que la sublevación le sorprendió trabajando en Portugalete. La noche del 15 al 16 de enero abandonó su guardia nocturna dejando en el parapeto su arma y abrigo. Pero en el último momento se arrepintió y se entregó a la patrulla que había salido en su busca. Fue juzgado y absuelto por el Tribunal Popular de Euzkadi

  1. Fernández Acha, Rufino:

Laudio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta abril

  1. Fernandez Aguillo, Constantino:

Vitoria-Gasteiz

Compañía Ayala. Teniente. Solo en noviembre y primera quincena de diciembre, a pesar de que falleció el 30 de noviembre de 1936 en Villarreal

  1. Fernández Arrizabalaga, Juan:

Compañía Eleizalde desde octubre hasta la primera quincena de marzo

  1. Fernández Martínez, Félix:

Compañía Ayala en febrero

  1. Fernández Menéndez, José:

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio

  1. Fernández Villasante, Ángel:

Compañía Ayala de noviembre a diciembre; luego miembro del Cuartel hasta junio

  1. Frutos Ornes, Ángel:

Compañía Alaitza en mayo y junio

  1. Furundarena Zubiaur, Guillermo:

Amurrio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña; herido en junio y Santoña

  1. Gabiña Abasolo, Antonio:

Zuaza

Compañía Ayala desde octubre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 14. Tenía experiencia militar, ya que en 1934 sirvió en el Regimiento de Infantería nº 30

  1. Gabiña Berganza, Ignacio:

Olabezar

Compañía Eleizalde en la segunda quincena de octubre; luego pasa a la Estabillo, hasta junio

  1. Gabiña Larrea, Julio:

Artziniega

Compañía Alaitza desde abril hasta Santoña, herido en este momento

  1. Gabiña Larrea, Laurentino:

Artziniega

Compañía Ayala en octubre y primera quincena de noviembre; luego pasa a la Sección de Enlaces como Cabo, hasta Santoña

  1. Gabiña Larrea, Manuel:

Artziniega

Compañía Ayala desde octubre hasta la primera quincena de diciembre, estando herido hasta en la segunda; Servicios Auxiliares desde enero hasta Santoña, siendo Cabo desde marzo

  1. Gabiña Sáez, Luis:

Sección de Enlaces desde mayo hasta Santoña, herido los dos momentos finales

  1. Gaceta Garrido, Evelio:

Servicios Auxiliares desde la segunda quincena de noviembre hasta Santoña, siendo guardia, mecánico y finalmente zapatero

  1. Galarza Arana, Jesús:

Olaeta

Compañía Alaitza desde diciembre a marzo, en abril en la Estabillo. Falleció en el frente de Amurrio el 26 de abril de 1937

  1. Galdos Murua, Epifanio:

Uribarri-Ganboa

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña; Cabo desde diciembre

  1. Galíndez Barcena, Santos:

Artziniega

Compañía Eleizalde desde febrero hasta junio. Anteriormente había estado preso en «El Carmelo»

  1. Gallastegui Elguera, Faustino:

Compañía Estabillo desde noviembre hasta Santoña. Había sido miliciano de la Columna Aizpuru en septiembre

  1. Gallastegui Elguera, Manuel:

Compañía Estabillo desde abril hasta Santoña.

  1. Gallastegui Laburu, Avelino:

Laudio

Compañía Ayala desde octubre hasta junio

  1. Gallastegui Laburu, José María:

Laudio

Compañía Ayala desde abril hasta junio

  1. Gamarra Calvo, Julio:

Gasteiz

Compañía Eleizalde en la segunda quincena de diciembre; Suboficial

  1. Ganzabal Sautu, José:

Laudio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Garaigordobil Rentería, Nicasio:

Legutiano

Compañía Estabillo en noviembre; luego en Eleizalde hasta Santoña, donde estaba herido; Sargento desde abril; Teniente en junio

  1. Garate Albizu, Aurelio:

Legazpi

Compañía Ayala desde octubre hasta mayo

  1. Garay Amechazurra, José:

Capitán del Cuartel de mayo a Santoña

  1. Garay Valle, Pedro:

Arrankudiaga

Compañía Estabillo desde septiembre hasta la primera quincena de diciembre; luego en la Urrutia hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar, en el que también estaba su hermano Félix

  1. Garay Valle, Juan:

Arrankudiaga

Compañía Estabillo desde septiembre hasta la primera quincena de diciembre; luego en la Urrutia hasta marzo. Pasó al Malato, donde fue Teniente. Fue encarcelado en El Dueso y posteriormente en Puerto de Santa María, de donde salió en julio de 1940

  1. Garayo Garayo, Domingo:

Laudio

Compañía Ayala desde octubre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 14.

  1. Garayo Garayo, Félix:

Laudio

Compañía Estabillo en la segunda quincena de marzo; luego pasa a la Ayala hasta junio; Urrutia en Santoña

  1. Garayo Jauregui, Esteban:

Izoria

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio; Cabo desde diciembre. Estuvo preso en Vitoria-Gasteiz

  1. Garayo Jauregui, Francisco:

Izoria

Compañía Eleizalde en octubre, Estabillo en noviembre y primera quincena de diciembre, Urrutia hasta abril. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Garayo Ugarte, Silverio:

Arakaldo, vecino de Orduña

Compañía Estabillo desde septiembre hasta la primera quincena de diciembre, Teniente desde noviembre; Teniente de la Compañía Urrutia desde la segunda quincena de diciembre hasta junio. Fue encarcelado en El Dueso y luego en Segovia. Su hermano Eduardo fue miliciano del batallón Guillermo Torrijos

  1. García, Vicente:

Compañía Eleizalde en diciembre y enero

  1. García Arberas, Juan María:

Amurrio

Compañía Eleizalde en octubre; luego pasa a Servicios Auxiliares como guardia hasta que en marzo figura como informador; en enero era Jefe Administrativo del Cuartel de Lamuza. Luego pasa al batallón Kirikiño como simple gudari

  1. García Iñarritu, Enrique:

Laudio

Compañía Estabillo desde la segunda quincena de noviembre hasta mayo. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 64

  1. García Salazar, Leandro:

Laudio

Servicios Mecánicos (chofer) desde diciembre hasta Santoña. Fue encarcelado.

  1. Garmendia Martínez, Francisco:

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña

  1. Garteiz Ipiña, Francisco:

Compañía Estabillo de septiembre hasta la primera quincena de diciembre; luego en la Urrutia hasta marzo. Después pasa al batallón Malato, donde asciende a Sargento

  1. Gastaca Marañón, Andrés:

Laudio

Sección Mixta en enero, y luego pasa a la Alaitza ya como Cabo, en mayo asciende a Sargento y en Santoña está herido.

Antes había estado en el Batallón de Infantería nº 114, en las Máquinas de Acompañamiento

  1. Gastaca Olibares, Eduardo:

Compañía Estabillo desde abril hasta Santoña

  1. Gastaca Urrutia, Félix:

Larrinbe

Sección Mixta en abril y mayo; Compañía Alaitza en junio. Estuvo preso en el Seminario Viejo de Vitoria

  1. Gauna Ugarte, Ezequiel:

Amurrio

Compañía Estabillo desde septiembre hasta la primera quincena de diciembre; luego Servicios Auxiliares hasta Santoña, siendo Cabo desde marzo

  1. Gaztelu Bilbao, Alfonso:

Compañía Estabillo desde la segunda quincena de noviembre hasta marzo; compañía Urrutia de abril a junio

  1. Gil Mújica, Antonio:

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio

  1. Giné Ocaranza, José:

Araia

Compañía Ayala desde octubre hasta junio. Estuvo preso en Vitoria de junio de 1938 a julio de 1942

  1. Gochi Unzaga, Victoriano:

Natural de Ozeka, vecino de Olabezar

Compañía Eleizalde en octubre y luego en la Alaitza hasta junio

  1. Gochi Ribacoba, Carlos:

Artziniega

Compañía Eleizalde desde marzo hasta junio

  1. Goicoechea, Benigno:

Compañía Ayala en octubre

  1. Goicoechea Bilbao, Santos:

Compañía Alaitza de diciembre a marzo; luego fue chofer

  1. Goicoechea Eguia, Koldobika:

Compañía Ayala desde octubre hasta la primera quincena de diciembre, luego chofer en los Servicios Mecánicos hasta Santoña.

  1. Goicoechea Larisgoitia, Félix:

Compañía Ayala desde la segunda quincena de diciembre hasta mayo

  1. Goicolea Alday, José Luis:

Artziniega

Compañía Ayala desde abril hasta Santoña

  1. Goirigolzarri Madariaga, José:

Sección de Enlaces desde febrero hasta junio

  1. Gómez Leiza, Ramón:

Servicios Mecánicos (armero) desde enero hasta Santoña

  1. González Allende, Fernando:

Compañía Ayala en abril y mayo. Fue encarcelado

  1. González Alonso, Laureano:

Compañía Ayala desde octubre hasta marzo

  1. González Goti, Marcos:

Okondo

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña. Era soldado del Regimiento de Infantería nº 23 cuando la sublevación y estaba de permiso en su casa, por lo que se enroló como guardia cívico. Fue capturado el 21 de octubre de 1937 cuando trataba de huir por mar. Fue encarcelado

  1. González Martínez de San Vicente, Antonio:

Compañía Estabillo en la primera quincena de noviembre, pasa a la Ayala hasta junio

  1. Gonzalez Ochoa, Bernardo:

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio

  1. González Zulueta, Raimundo:

Orduña

Compañía Alaitza en mayo y junio.

  1. González de Aspuru Susperregui, Luis:

Compañía Ayala desde octubre hasta junio

  1. González de Durana Landa, Telmo:

Vitoria-Gasteiz

Compañía Eleizalde en diciembre y enero. Estuvo encarcelado en Pamplona y acabó luchando en el Batallón Cazadores de Montaña “Arapiles 7”. Fue jugador del Alavés

  1. González de Zarate, Manuel:

Compañía Ayala en octubre

  1. Gorbea Urquijo, Agustín:

Menagarai

Compañía Ayala desde mayo hasta Santoña. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 76

  1. Gorbea Urquijo, Facundo:

Menagarai

Sección Mixta en enero, luego en la Alaitza hasta Santoña.

  1. Gorbea Urquijo, Manuel:

Menagarai

Compañía Estabillo en septiembre; en adelante en la Ayala. Herido en la segunda quincena de mayo y hasta Santoña. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 64

  1. Gorbea Urquijo, Segundo:

Menagarai

Compañía Estabillo desde septiembre hasta la primera quincena de diciembre; pasa a la Urrutia como Sargento; herido desde mayo hasta Santoña. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 23

  1. Gorostiaga Acha, José María:

Laudio

Compañía Eleizalde en la segunda quincena de octubre; pasa en la segunda de noviembre a la Estabillo, hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Gorostiaga Acha, Lorenzo:

Laudio

Sección de Enlaces en mayo; Estabillo en junio y Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Gorostiaga Gardeazabal, Vicente:

Compañía Estabillo desde abril hasta Santoña

  1. Gorostizaga Salazar, José María:

Arrankudiaga

Compañía Ayala en la segunda quincena de noviembre y primera de diciembre; luego pasa a Servicios Auxiliares (motorista) hasta febrero; Sección Mixta en marzo; chofer en los Servicios Mecánicos desde abril hasta junio

  1. Guaresti Guaresti, José:

Baranbio

Compañía Alaitza de diciembre a marzo, Cabo desde febrero; Sección Mixta en abril y mayo. Fue encarcelado. Su hermana Sara y su padre también fueron represaliados.

  1. Guaresti Ugarte, Manuel:

Lezama

Compañía Urrutia desde la segunda quincena de diciembre hasta Santoña; en julio, figura en el Batallón de Ingenieros nº 9

  1. Guerrero Jaime, Gregorio:

Laudio

Compañía Eleizalde en octubre y luego en la Alaitza hasta marzo

  1. Guinea Albizuri, José Cruz:

Delika

Compañía Alaitza en la segunda quincena de mayo y junio. Su hermano Estanislao falleció en combate el 26 de julio de 1937 por Laredo, era miliciano del Batallón UGT-9

  1. Guinea Sarachaga, Albino:

Saratxo

Compañía Eleizalde en octubre y luego en la Alaitza hasta marzo; luego pasó al batallón Irrintzi

  1. Gurruchaga Eguia, Basilio:

Okondo

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio; Cabo desde diciembre. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 39

  1. Gurruchaga Eguia, Francisco:

Okondo

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 39

  1. Hermosilla Sánchez, Alfredo:

Laudio

Compañía Eleizalde en octubre y luego en la Alaitza hasta junio, Cabo desde mayo

  1. Hernández, J. Daniel:

Compañía Ayala desde la segunda quincena de noviembre y en diciembre; Servicios Auxiliares en enero

  1. Hernández Aostri, Martín:

Valle de Mena

Compañía Ayala desde octubre hasta noviembre, falleció en en el frente de Ubidea en diciembre

  1. Hernández Martínez, Félix:

Compañía Ayala desde noviembre hasta marzo.

  1. Hoyos Cañibe, José:

Artziniega

Compañía Alaitza en enero; luego en la Eleizalde hasta junio

  1. Ibabe Chinchurreta, Domingo:

Ibarra

Compañía Eleizalde desde diciembre hasta Santoña

  1. Ibabe Errasti, Vicente:

Aramaio

Compañía Estabillo desde enero hasta junio

  1. Ibabe Zubizarreta, Cenón:

Ibarra

Compañía Eleizalde desde enero hasta junio

  1. Ibabe Zubizarreta, Justo:

Ibarra

Compañía Estabillo en la primera quincena de noviembre, luego pasa a la Ayala las tres quincenas siguientes

  1. Ibáñez Uribe, Isidoro:

Orduña

Compañía Ayala desde octubre hasta Santoña; Cabo desde la segunda quincena de noviembre, herido desde la segunda quincena de diciembre hasta Santoña. Se exilió a Cuba en 1939

  1. Ibarguchi, Juan:

Servicios Auxiliares (cocina) desde noviembre hasta enero

  1. Ibarguchi Urraza, Hermenegildo:

Okondo

Compañía Estabillo desde septiembre hasta la primera quincena de diciembre; Urrutia hasta mayo, herido en la segunda quincena; Sección Mixta en junio y Santoña

  1. Ibarguchi Urraza, Jesús:

Okondo

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña; herido en la segunda quincena de mayo y en junio

  1. Ibarguen Urretaechebarria, Dionisio:

Sección Mixta en enero, luego en la Eleizalde hasta junio

  1. Ibarra Garrastachu, Ángel:

Laudio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Ibarreta Antoñana, Juan:

Araia

Compañía Ayala desde octubre hasta junio; ascendió a Cabo en abril. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores en Carabanchel.

  1. Ibarreche Salcedo, Iñaki:

Compañía Ayala en la segunda quincena de noviembre y primera de diciembre, luego chofer en los Servicios Mecánicos hasta marzo y después armero hasta Santoña

  1. Ibarreche Urquijo, Luis:

Laudio

Compañía Ayala en abril

  1. Ibarrola Ibarrola, Julián:

Lezama

Compañía Estabillo en mayo y junio

  1. Ibarrola Lili, Valentín:

Laudio

Compañía Urrutia de abril a junio

  1. Ibarrola Padilla, Nicolás:

Saratxo

Compañía Ayala de octubre hasta la primera quincena de diciembre; luego en la Urrutia hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 50

  1. Ibarrola Pagazaurtundua, Manuel:

Laudio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña; Cabo hasta abril, luego Sargento, herido en Santoña. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Ibarrola Sautu, Antonio:

Compañía Ayala desde abril hasta junio

  1. Ibarrondo Epalza, Juan:

Baranbio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 30

  1. Ibarrondo Epalza, Pantaleón:

Baranbio

Compañía Ayala en octubre y primera quincena de noviembre; pasa a la Sección de Enlaces hasta Santoña. Se presentó a las tropas nacionales el 23 de agosto de 1937 en Balmaseda. Fue encarcelado en Burgos

  1. Ibarzabal Foruria, Santos:

Compañía Estabillo desde abril hasta junio

  1. Ilarduya Barrón, Luis:

Murugarren

Compañía Estabillo en noviembre y primera quincena de diciembre; luego en la Urrutia hasta marzo

  1. Imaz Usategui, Ciriaco:

Amurrio

Compañía Urrutia en mayo y junio. Su hermano Victor murió asesinado el 4 de enero de 1937 en el asalto a la cárcel de Larrinaga

  1. Inchaurraga, Ramón:

Compañía Alaitza en diciembre y enero

  1. Inchaurraga Madariaga, Ángel:

Compañía Alaitza desde la segunda quincena de marzo hasta Santoña

  1. Iñiguez de Bengoa, José Luis:

Servicios Auxiliares (cocina) desde febrero hasta mayo

  1. Iñiguez Otegui, José María:

Baranbio

Compañía Ayala desde noviembre hasta junio. Falleció el 5 de julio de 1937 por la zona de Limpias

  1. Iñurria Biteri, Anastasio:

Legutio

Compañía Ayala desde la segunda quincena de noviembre hasta junio; ascendió a Cabo en abril

  1. Irabien Ansorena, Andrés:

Maroño

Compañía Estabillo desde septiembre hasta Santoña. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 23. Su hermano Juan José estaba huido en septiembre de 1938

  1. Irabien Landaluce, Calixto:

Amurrio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio

  1. Irasuegui Caicedo, Pedro:

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio. En 1978 figura como Sargento de Infantería, Caballero Mutilado Permanente

  1. Iriarte Astola, Félix:

Untzilla

Compañía Eleizalde desde diciembre hasta marzo; luego fue miembro del Cuartel. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 50

  1. Iriarte Azcoaga, Antonio:

Untzilla

Compañía Estabillo desde enero hasta marzo. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Iriarte Isasmendi, Marcelino:

Compañía Alaitza en febrero y primera quincena de marzo

  1. Iriarte San Martín, Mariano:

Compañía Ayala desde noviembre hasta la primera quincena de marzo

  1. Isasi Esnal, José:

Baranbio

Compañía Ayala desde octubre hasta marzo, Sargento desde noviembre y Teniente desde la segunda quincena de diciembre; Capitán de la Sección Mixta en abril y mayo. Estuvo preso en El Dueso. Se supone que su hermano Cándido también estuvo en el batallón pero no aparece en las nóminas.

  1. Isasi Esnal, Ramón:

Baranbio

Cabo de la Compañía Alaitza desde la segunda quincena de diciembre a marzo; Sección Mixta en abril y mayo; regresa a la Alaitza como gudari en junio

  1. Isasi Gabiña, Juan:

Quejana

Compañía Estabillo desde septiembre hasta marzo; Cabo desde febrero; luego pasa a la Alaitza como Teniente, estando herido en la segunda quincena de mayo. En noviembre de 1943 estaba en una unidad de infantería del ejército y se reconoció una pensión a sus padres.

  1. Isla Campo, Cándido:

Quejana

Compañía Estabillo la segunda quincena de diciembre hasta junio

  1. Isusi Elorrieta, Daniel:

Laudio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio; Cabo desde abril. El 27 de enero de 1939 fue licenciado en la Academia Militar de Granada. Iba para sacerdote, pero finalmente se casó.

  1. Isusi Garrastachu, José:

Laudio

Compañía Alaitza desde abril hasta junio

  1. Isusi Garrastachu, Juan:

Laudio

Compañía Estabillo desde noviembre hasta junio; en octubre, figura un Juan Isusi en la Eleizalde

  1. Isusquiza Gutiérrez, Manuel:

Artziniega

Compañía Eleizalde desde octubre hasta enero, Cabo desde diciembre; herido en febrero; Sección Mixta en marzo. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 20

  1. Isusquiza Zuluaga, Manuel:

Compañía Estabillo desde septiembre hasta junio

  1. Iturbe San Nicolás, Aurelio:

Zalla

Compañía Eleizalde en octubre; Servicios Auxiliares (guardia) en noviembre y diciembre; a final de la guerra era Cabo del Cuartel. Su hermano Moisés murió en Ubidea en el frente.

  1. Izaga Salazar, José Antonio:

Orduña

Compañía Estabillo desde noviembre hasta mayo; Enlaces en junio y Santoña

  1. Izaga Salazar, José María:

Orduña

Compañía Estabillo desde septiembre hasta enero; chofer en los Servicios Mecánicos desde febrero hasta Santoña. El 3 de abril de 1943 se le concedió la libertad condicional de la prisión provincial de Valladolid.

  1. Izaga Salazar, Tomás:

Orduña

Compañía Estabillo desde abril hasta Santoña

  1. Izaguirre Aldaiturriaga, Anselmo:

Respaldiza

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio. Su hermano José fue asesinado el 25 de septiembre de 1936. Era carlista.

  1. Izaguirre Arteche, Antonio:

Elosu

Compañía Estabillo en noviembre; luego pasa a la Eleizalde hasta Santoña. Fue encarcelado en Burgos y salió en libertad en agosto de 1941

  1. Izarra Arechabaleta, Tomás:

Compañía Estabillo en la primera quincena de noviembre, luego pasa a la Ayala hasta marzo

  1. Jauregui Garrastachu, Florencio:

Amurrio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio; Cabo desde diciembre; Sargento desde abril

  1. Jauregui Larrazabal, Crescencio:

Murga

Compañía Eleizalde desde octubre hasta mayo. Falleció en combate el 13 de junio de 1937 en Jata

  1. Jocano Usategui, Casto:

Compañía Alaitza de abril a junio.

En mayo de 1959 cumplió 21 años de servicio en el ejército, estaba entonces en el Regimiento de Zapadores del Cuerpo de Ejército VI.

  1. Katxo Santamaria, Cirico:

Compañía Ayala en la segunda quincena de mayo y junio

  1. Kezedo Aldama, Abdón:

Orduña

Compañía Estabillo desde noviembre hasta mayo. En noviembre de 1937 estaba en Radio Requeté en San Sebastián

El Batallón Araba (I)

El Batallón Araba estuvo bajo la disciplina del Partido Nacionalista Vasco, fue el nº 14 del Ejército de Euzkadi dentro de la V Brigada y su nombre hace referencia al origen alavés de la mayoría de sus componentes, a los que hay que sumar muchos vizcaínos de Orduña. Es, sin duda, el batallón que albergó mayor cantidad de naturales del Alto Nervión en el bando republicano, si bien es preciso señalar la presencia de no pocos individuos procedentes de Aramaio, Legutiano o Zigoitia, y otros lugares.

En su época de máximo desarrollo, contó con cuatro compañías, una sección de ametralladoras, Servicios Auxiliares, Servicios Mecánicos, Sección de Enlaces y Transmisiones, Sección Mixta, además del personal estable en su Cuartel, que estuvo situado en el Palacio de Lamuza en Laudio.

Pero a ello se llegó poco a poco. Durante el mes de agosto de 1936, una cincuentena de jóvenes de la zona acudía cada domingo a Arrankudiaga para recibir instrucción militar por parte de Ramón Azkue y José Duo. De este núcleo inicial de voluntarios, surgió la primera compañía, la Estabillo, formada a primeros de septiembre y mandada por Antonio San Martín Ugalde, vecino de Amurrio y con experiencia por haber servido como suboficial en Marruecos.

La segunda compañía, llamada Ayala, se formó a finales de mes con más voluntarios de la comarca, pero también bastantes alaveses que habían huido del campo contrario. A finales de octubre, sirvieron en el frente por primera vez en Bizkaia. Mientras tanto, se formó la tercera compañía, la llamada Luis de Eleizalde, y la cuarta, la Alaitza, mayoritariamente –si no totalmente- con los individuos que fueron llamados a filas.

El batallón se constituyó como tal con estas cuatro compañías a finales de noviembre, antes de participar en la batalla de Villarreal. Por estas fechas, en noviembre y la primera quincena de diciembre, se integraron en el Araba dos compañías procedentes del encartado batallón Avellaneda, llamadas Kolitza y Güeñes, y otra llamada Azkatuta que estuvo entre noviembre y diciembre.

A mediados de diciembre, se creó una compañía de ametralladoras bautizada en honor del amurrioarra José María Urrutia, fallecido en Villarreal. Para entonces, ya contaba con Servicios Auxiliares, sección de Enlaces y Transmisiones, y las demás unidades ya mencionadas.

No es nuestro objetivo relatar todos los pormenores y actuaciones del batallón, ni realizar una exposición detallada de su organización y mandos, sino que nos limitaremos –y no es poco- a enumerar y nombrar a las personas que formaron parte del batallón. Esta labor ha sido realizada a partir de la consulta de las nóminas del batallón.

Pero antes, unas puntualizaciones previas: no disponemos de nóminas de la compañía Alaitza previas a la segunda quincena de diciembre, ni las correspondientes a la Eleizalde en noviembre y primera quincena de diciembre. En fechas posteriores, no hemos consultado las nóminas correspondientes a todas las quincenas pero sí la mayoría. En consecuencia, es muy posible que algunos individuos estuvieran integrados en el batallón antes de lo que señalamos.

Por último, y como se verá, fue muy habitual el traspaso de personas de una compañía a otra. Y también es preciso señalar que muchos dejan de aparecer a partir de marzo de 1937 u otros momentos; sabemos de algunos casos de individuos que fueron trasladados a otros batallones, por lo que es posible que eso explique estas “desapariciones” de las nóminas. Pero pueden haber influido otros factores como un ascenso a otro cargo dentro del ejército o en algún poder local o haber sido dados de baja definitiva por incapacidad o muerte. Finalmente, la última nómina corresponde a la primera quincena de julio, cuando parte del batallón estaba preso en Santoña; otros gudaris fueron apresados antes, a finales de junio tras la caída de Bilbao, mientras que otros, los menos, continuaron hasta Asturias enrolados en otros batallones, sobre todo en el Simón Bolibar.

Esta es la primera de varias entradas en las que irán apareciendo los nombres de los combatientes en orden alfabético. Por supuesto, cualquier tipo de corrección o aportación será más que bienvenida.

  1. Abechuco Astarloa, Florencio:

Larrinbe, vecino de Amurrio

Compañía Eleizalde, desde octubre hasta Santoña; Cabo desde diciembre; después de julio, pasó al Batallón Simón Bolibar

  1. Abechuco Astarloa, Maximino:

Larrinbe, vecino de Amurrio

Compañía Eleizalde en octubre, luego en la Alaitza hasta Santoña; después, pasó al Batallón Simón Bolibar. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 64

  1. Abiega Picaza, Eugenio:

Okondo

Compañía Ayala en abril, en la Alaitza en mayo, vuelve a la Ayala en junio y Santoña

Su hermano Valentín fue guardia cívico y en septiembre de 1940 se desconocía su paradero.

  1. Abrisqueta Aguirre, José:

Ugao-Miraballes

Compañía Estabillo desde la segunda quincena de diciembre hasta Santoña, herido en este último momento. El 20 de marzo de 1938 fue muerto en Aragón cuando estaba integrado en un batallón de FET-JONS

  1. Acha Gabiña, Maximino:

Amurrio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio. Fallecido el 26 de enero de 1938 en Pamplona tras ser herido en el Ebro luchando en el Tercio de la Virgen de Begoña

  1. Acha Larrazabal, Antonio:

Laudio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 15. Según parece, se exilió a Venezuela

  1. Acha Zubiaur, Gregorio:

Laudio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio; pero en enero estuvo en la Sección Mixta. A pesar de todo, también figura como preso en El Carmelo el 30 de noviembre de 1936. Su hermano Eduardo falleció luchando con un tercio de Requetés

  1. Aguinaco Pujana, Eulogio:

Vitoria-Gasteiz

Compañía Ayala desde octubre hasta junio; ascendió a Cabo en mayo. Había estado preso unos días en septiembre de 1934.

  1. Aguirre Bilbao, Félix:

Retes de Llanteno

Compañía Estabillo desde abril hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 13

  1. Aguirre Iñurria, Anastasio:

Compañía Ayala desde noviembre hasta marzo, estando herido desde la segunda quincena de diciembre hasta febrero; Servicios Auxiliares (limpieza) en abril y mayo; (convoy) en junio y Santoña

  1. Aguirre Llano, Juan José:

Lezama

Compañía Estabillo desde septiembre hasta Santoña; Cabo desde la segunda quincena de diciembre. Estuvo preso en Puerto de Santa María

  1. Aguirre Llano, Prudencio:

Lezama

Compañía Estabillo en la primera quincena de noviembre; Sección de Enlaces las dos siguientes quincenas; en la segunda de diciembre pasa a Servicios Mecánicos como armero, donde estuvo hasta Santoña. Luego fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Aguirre Olamendi, Antonio:

Baranbio

Compañía Ayala de octubre a marzo; Sección Mixta en abril y mayo; Compañía Urrutia en junio y Santoña. Estuvo preso en Santander

  1. Aguirre Santibáñez, Jesús:

Sección de Enlaces desde febrero hasta abril. Después estuvo en la Escuela Popular de Guerra número 6 de donde salió en noviembre de 1937 como teniente de campaña del Arma de Infantería; fue destinado a las órdenes del jefe del Ejército del Norte. Sin embargo, en marzo de 1938 causó baja del ejército por llevar más de dos meses en paradero desconocido

  1. Aguirre Urquiola, Luis:

Compañía Eleizalde en enero; en mayo figura como personal del Cuartel; y luego en junio y Santoña, herido en estos dos momentos

  1. Aguirregabiria Barañano, Eduardo:

Compañía Ayala de octubre hasta la primera quincena de diciembre, luego en la Urrutia hasta Santoña, Cabo desde mayo

  1. Ainz Arcocha, Segundo:

Laudio

Compañía Ayala desde octubre hasta Santoña; ascendió a cabo en noviembre, a sargento en febrero y descendió a soldado en abril.

  1. Ainz Arcocha, Agustín:

Laudio

Compañía Ayala. Ingresa en abril, herido la segunda quincena de junio y en Santoña. Estuvo encarcelado en Vitoria de septiembre de 1937 a septiembre de 1938

  1. Ainz Arcocha, Claudio:

Laudio

Compañía Eleizalde en octubre, luego en la Alaitza hasta Santoña estando herido desde la segunda quincena de mayo. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 19

  1. Álava Elejalde, Lázaro:

Orduña

Compañía Estabillo desde septiembre hasta Santoña; Cabo desde la segunda quincena de noviembre; Sargento desde la segunda de diciembre; Teniente desde febrero. Fue encarcelado en El Dueso y en Puerto de Santa María, de donde salió el 8 de mayo de 1941.

  1. Álava Menoyo, José María:

Retes de Llanteno

Compañía Estabillo desde septiembre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 20

  1. Albinarrate Echebarria, Dionisio:

Saratxo

Compañía Ayala de noviembre a marzo; Sección Mixta de abril a Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar. Su padre Matías estuvo enrolado en el batallón comunista Leandro Carro.

  1. Albinarrate Echebarria, Patricio:

Saratxo

Ingresa en la Compañía Eleizalde la segunda quincena de octubre, pasa en noviembre a la Compañía Ayala, hasta Santoña

  1. Albiz Villacián, Aquilino:

Orduña

Compañía Ayala desde octubre hasta la primera quincena de diciembre, luego en la Alaitza hasta marzo

  1. Albizua Barañano, Pedro:

Amurrio

Compañía Estabillo desde septiembre hasta junio. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Aldama Echebarria, Marcos:

Amurrio

Compañía Ayala desde octubre hasta junio. Sin embargo, la primera quincena de octubre figura en nómina de Cuartel General de los comunistas en los Capuchinos

  1. Aldama Echebarria, Modesto:

Amurrio

Compañía Eleizalde en octubre; Urrutia desde la segunda quincena de diciembre hasta Santoña

  1. Aldama Laña, Antonio:

Amurrio

Compañía Estabillo de septiembre a la primera quincena de diciembre; luego en la Urrutia hasta marzo. Después pasó al batallón Kirikiño, donde fue camillero

  1. Aldama Rodríguez, Eustaquio:

Zuaza

Compañía Estabillo desde septiembre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 15. Su hermano Emiliano estuvo preso en Vitoria de julio a diciembre de 1937 y de octubre de 1938 a octubre de 1943

  1. Aldama Zulueta, Juan:

Lezama

Compañía Estabillo desde septiembre hasta junio; Cabo en la primera quincena de noviembre y luego de forma definitiva desde la segunda de diciembre. Estuvo preso en Vitoria del 20 de agosto de 1937 a junio de 1944

  1. Aldama Zulueta, Lino:

Lezama

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio; Suboficial desde enero

  1. Aldasoro Uribe, Jorge:

Compañía Estabillo desde enero hasta junio

  1. Alday Olamendi, Jesús:

Baranbio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña. Posteriormente, al ser juzgado en Burgos, figura como chofer, mientras que su hermano Luis fue sanitario del batallón. Estuvo preso en Cádiz.

  1. Alday Olamendi, Nicolás:

Baranbio

Servicios Auxiliares en diciembre y en enero pasa a la Compañía Ayala, hasta junio. Falleció el 4 de julio de 1937 en Ontón

  1. Alday Otaola, Gerardo:

Quejana

Compañía Estabillo desde septiembre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 63

  1. Alday Otaola, Maximino:

Quejana

Compañía Estabillo desde septiembre hasta junio

  1. Aldazabal, Roque:

Servicios Auxiliares en la primera quincena de diciembre

  1. Alegría Madinabeitia, Felipe:

Araia

Compañía Ayala desde octubre hasta junio. Fue desterrado a Pamplona en octubre de 1937. Estuvo preso en Vitoria del 30 de noviembre de 1938 al 26 de julio de 1942

  1. Allende, Víctor:

Compañía Eleizalde en octubre

  1. Allende Otaola, Juan Cruz:

Okondo

Compañía Urrutia desde la segunda quincena de diciembre hasta junio (no aparece en abril)

  1. Altube Goitia, Saturnino:

Elgea

Compañía Ayala desde noviembre hasta marzo. Luego desaparece y en Santoña figura en la Compañía Alaitza. Sus hermanos Cecilio y Ramón fueron encarcelados el 14 de agosto de 1936, situación en la que estuvieron hasta septiembre y diciembre respectivamente

  1. Altube Ortiz, Antonio:

Lezama

Compañía Eleizalde desde diciembre hasta junio

  1. Altube Ortiz, Cesáreo:

Lezama

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña, herido en la segunda quincena de mayo y junio. Estuvo preso en Deusto

  1. Altube Ortiz, Joaquín:

Lezama

Compañía Ayala desde la primera quincena de noviembre hasta abril; mayo en la Alaitza; vuelve a Ayala en junio y Santoña

  1. Altube Ortiz, José María:

Lezama

Compañía Ayala desde septiembre hasta junio; Cabo desde abril. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 13

  1. Altuna Alzola, Ramón:

Barajuen

Compañía Eleizalde desde diciembre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 14

  1. Altuna Alzola, Victoriano:

Barajuen

Cabo de la Compañía Urrutia desde la segunda quincena de diciembre hasta marzo; luego pasó al Malato, donde fue Teniente, y luego al Batallón Simón Bolibar. Estuvo en la cárcel de Lugo entre el 20 de noviembre de 1939 y el 14 de septiembre de 1940 por “auxilio a la rebelión”.

  1. Altuna Zubia, Pedro:

Aramaio

Compañía Estabillo desde enero hasta junio. Estuvo en un Batallón de Trabajadores

  1. Alustiza Basterra, Alfredo:

Compañía Ayala desde octubre hasta junio

  1. Álvarez Salazar, Ovidio

Laudio

Compañía Ayala la primera quincena de noviembre; Cabo de la Sección de Enlaces las dos siguientes hasta Santoña; herido desde mayo

  1. Amirola Respaldiza, Juan:

Lezama

Compañía Estabillo desde septiembre hasta marzo. Estuvo preso en Vitoria de mayo a septiembre de 1941

  1. Amirola Respaldiza, Casimiro:

Lezama

Compañía Estabillo en mayo y junio

  1. Amirola Respaldiza, Urbano:

Lezama

Sección Mixta en abril y mayo; Compañía Estabillo en junio

  1. Amondarain, Bernardo:

Orozko

Servicios Auxiliares (guardia) en noviembre y diciembre. Capellán de la Compañía Alaitza

  1. Angoitia Arteche, Antonio:

Amurrio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio

  1. Ansorena Azcaray, Alejo:

Baranbio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio; Cabo desde abril. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 12

  1. Ansorena Azcaray, Eugenio:

Baranbio

Compañía Eleizalde en mayo y junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 12

  1. Anúcita Maurolagoitia, José Luis:

(Bilbao?)

Sección de Enlaces en marzo y abril

  1. Añariz Viteri, Anastasio:

Compañía Ayala, únicamente en la primera quincena de noviembre

  1. Apodaca Oribe, Aquilino:

Laudio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio. Estuvo en prisión en Vitoria de febrero a diciembre de 1938

  1. Apodaca Orue, Samuel:

Amurrio

Compañía Eleizalde en octubre, y luego Cabo de la Alaitza hasta enero. Causó baja y pasó a ser guarda cívico en Amurrio. Estuvo encarcelado desde el 31 de julio de 1937 al 20 de junio de 1938.

  1. Apodaca Santamaria, Juan:

Aloria

Compañía Ayala, desde la segunda quincena de noviembre hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Apodaca Santamaria, Nicolás:

Aloria

Compañía Ayala, desde mayo hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar. Su hermana Marina fue asesinada en Orduña el 30 de agosto de 1936

  1. Arabiotorre Requeta, José:

Arrankudiaga

Compañía Estabillo desde septiembre hasta la primera quincena de diciembre; luego en la Urrutia hasta marzo. Falleció en la prisión de El Dueso en noviembre de 1937

  1. Aramendi Zugasti, Roberto:

Baranbio

Compañía Estabillo en septiembre; en octubre pasó a la Ayala; ascendió a Cabo en mayo y no llegó a Santoña. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 12

  1. Arandia Basterra, Fermín:

Arrankudiaga

Compañía Eleizalde en octubre, luego en la Alaitza hasta junio. Falleció en la prisión de Barcelona el 18 de mayo de 1939 cuando estaba en un batallón de trabajadores

  1. Aranoa Echaurren, Juan José:

Amurrio

Se incorporó a la Estabillo la segunda quincena de diciembre; de enero hasta Santoña en la Compañía Ayala. En julio estaba en el San Andrés. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Arbaiza Barbara, Faustino:

Lezama

Compañía Ayala de octubre a abril; Urrutia de mayo a Santoña

  1. Arbaizagoitia Bilbao, Alejandro:

Laudio

Sección Mixta en enero; luego pasa a la Eleizalde hasta junio. En noviembre de 1936 estaba preso en El Carmelo, suponemos que por ser de derechas o ser sospechoso de ello.

  1. Arbaizagoitia Gabiña, Victoriano:

Amurrio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio

  1. Arbaizagoitia Zaballa, José María:

Laudio

Compañía Ayala desde octubre hasta Santoña, cuando figura como herido

  1. Arbaizagoitia Zaballa, Tomás:

Laudio

Compañía Ayala desde febrero hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Arberas Ugarte, Gregorio:

Saratxo

Compañía Ayala desde octubre hasta Santoña

  1. Arberas Ugarte, Elisardo:

Saratxo

Compañía Ayala desde mayo hasta junio

  1. Arberas Ugarte, Olegario:

Saratxo

Sección Enlaces en la segunda quincena de diciembre y enero; Sección Mixta hasta mayo; Eleizalde en junio. Fallecido el 18 de junio de 1937 en un bombardeo.

  1. Arbide Goti, Esteban:

Orozko

Compañía Alaitza de abril a junio

  1. Arellano Pérez, Jesús:

Compañía Ayala desde marzo hasta junio. Su hermano Miguel, muerto en el frente sublevado, fue trasladado al Valle de los Caídos.

  1. Arenaza San Andrés, José Luis:

Sección de Enlaces en marzo y abril

  1. Arenaza Urquijo, Félix:

Campijo

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio; Cabo desde febrero. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 20

  1. Arenaza Urquijo, Gabriel:

Campijo

Compañía Ayala desde abril hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 20

  1. Argote Menchaca, Koldobika:

Bilbao

Compañía Alaitza de diciembre a junio; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Argote San Martín, Sabino:

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña

  1. Armendariz Galarza, Tomás:

Laudio

Compañía Estabillo en la primera quincena de noviembre; en la Ayala hasta la segunda de diciembre; Servicios Auxiliares (barbero) desde enero hasta Santoña

  1. Arrizubieta Corta, Juan Martín:

Ispaster, vecino de Artziniega

Sección de Enlaces en la segunda quincena de diciembre; Sección Mixta desde enero hasta la primera quincena de marzo, estando herido en febrero; luego a la Eleizalde hasta junio. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Arrondo López de Landache, Fernando:

Compañía Estabillo desde noviembre hasta Santoña

  1. Arruabarrena Magunagoitia, Juan:

Sección de Enlaces desde marzo hasta junio

  1. Arteta Ortueta, Leandro:

Baranbio

Compañía Ayala desde abril hasta Santoña, herido desde la segunda quincena de mayo

  1. Aspiazu Apodaca, Jesús:

Astobiza

Sección Mixta de marzo a mayo; Compañía Estabillo en junio. Estuvo encarcelado en Vitoria brevemente desde finales de diciembre de 1937 al 5 de enero de 1938.

  1. Aspiazu Otaola, Jesús:

Zuaza

Compañía Alaitza en la segunda quincena de mayo y junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 17

  1. Aspiazu Otaola, Florencio:

Zuaza

Compañía Eleizalde en octubre; luego en la Alaitza hasta mayo; Sección de Enlaces en junio

  1. Aspizua, Joaquín:

Compañía Estabillo en la segunda quincena de noviembre y primera de diciembre

  1. Aspizua Llanos, Luis:

Menagarai

Compañía Estabillo desde septiembre hasta Santoña, herido desde la segunda quincena de noviembre. Estuvo preso en Deusto y luego en un Batallón de Trabajadores.

  1. Aspizua Llanos, Anselmo:

Menagarai

Compañía Estabillo desde la segunda quincena de noviembre hasta Santoña, herido en este momento. Estuvo preso en Deusto

  1. Aspuru Chabarri, Gregorio:

Salmanton

Compañía Alaitza desde abril hasta junio

  1. Aspuru Martínez, Francisco:

Compañía Urrutia desde la segunda quincena de diciembre hasta Santoña

  1. Aspuru Ortiz, Fernando:

Quejana

Compañía Estabillo en septiembre y octubre; Servicios Auxiliares (Guardia) en noviembre y diciembre; luego fue miembro del Cuartel hasta Santoña. Fue atrapado en alta mar huyendo de Avilés el 21 de octubre de 1937. Perdió un hijo luchando con los sublevados. Estuvo preso en Vitoria de enero de 1939 a octubre de 1941. Su hermano Clemente estuvo en el Batallón de Trabajadores nº 2 y preso en Vitoria del 24 de diciembre de 1938 al 27 de septiembre de 1939

  1. Astiria Inchausti, Florencio:

Sección de Enlaces desde febrero hasta junio

  1. Astondoa Unzalu, Félix:

Elosu

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña. Estuvo preso en Vitoria de marzo a septiembre de 1938

  1. Astondoa Unzalu, Juan:

Elosu

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña

  1. Astondoa Unzalu, Victoriano:

Elosu

Ingresa en octubre en la Compañía Ayala después de ser guardia cívico; desde la segunda quincena de noviembre hasta enero en la Sección de Enlaces; febrero y marzo en la Sección Mixta; luego regresó a la Ayala, hasta Santoña. Su expediente del Tribunal de Responsabilidades Políticas dice que llegó a Sargento, pero en las nóminas no figura así. Estuvo preso en Vitoria de marzo a junio de 1938. A finales de este año, estaba preso en Burgos.

  1. Atucha Azcue, Ignacio:

Servicios Mecánicos (chofer) desde diciembre hasta Santoña

  1. Axpe Beitia, Ángel:

Aramaio

Compañía Eleizalde desde febrero hasta junio

  1. Azcarraga Ormaechea, Antonio:

Compañía Estabillo desde la segunda quincena de noviembre hasta Santoña. El 22 de febrero de 1938 fue trasladado de Artillería de Montaña en Vitoria a la fábrica de Beistegui en Eibar, ya que era tornero

  1. Azkue Uriarte, Juan María:

Administrador del Cuartel de Lamuza la primera quincena de diciembre

  1. Azkue Uriarte, Luis:

Cuartel de Lamuza en diciembre

  1. Azula Sarriugarte, Benito:

Compañía Eleizalde en la segunda quincena de marzo; procedente del Batallón Malato.

  1. Badillo Angulo, Dionisio:

Okondo

Compañía Eleizalde en la segunda quincena de octubre, pasa a la Estabillo en la segunda de noviembre y hasta Santoña. Estuvo en la cárcel y sus hermanos Antonio y Roque estuvieron en el Batallón de Trabajadores nº 122.

  1. Badillo Ibarreche, Higinio:

Murga

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio, como Cabo hasta abril. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores. Estuvo preso en Vitoria o Nanclares de agosto de 1939 a febrero de 1940

  1. Badillo Ibarreche, Santiago:

Murga

Compañía Eleizalde desde octubre a enero; Alaitza desde marzo hasta junio

  1. Badillo Mendia, Antonio:

Orduña

Compañía Estabillo en septiembre y octubre; Intendente desde noviembre hasta junio. Fue internado en la prisión de El Dueso y posteriormente en Puerto de Santa María

  1. Badillo Oribe, Adrián:

Compañía Estabillo en septiembre y octubre; Servicios Auxiliares (guardia) en noviembre y diciembre; luego fue miembro del Cuartel de Lamuza. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores

  1. Badillo Torre, Saturnino:

Barriga, vecino de Orduña

Compañía Ayala desde mayo hasta junio

  1. Bañales Robina, Antonio:

Compañía Estabillo desde abril hasta Santoña

  1. Barajuen González de Zarate, Basilio:

Foronda

Compañía Ayala desde octubre hasta Santoña. Ascendió a Cabo en noviembre y a Sargento en abril

  1. Barañano Abendaño, Francisco:

Amurrio

Compañía Estabillo en septiembre, Teniente de la misma la primera quincena de octubre; Capitán desde noviembre hasta marzo; Comandante del Batallón desde abril hasta junio. Falleció el 12 de julio de 1937.

  1. Barañano Barbara, Luis:

Laudio

Cabo de la Sección de Enlaces desde la segunda quincena de noviembre hasta enero; Sargento de la Sección Mixta de febrero a mayo. Había sido vocal del Comité de Defensa de Amurrio, dejando de pertenecer al mismo como protesta por el asesinato de José María Viguri y su hija de 13 años. Fue hecho prisionero en Laredo el 25 de agosto y estuvo preso en Puerto de Santa María.

  1. Barañano Escuza, Antonio:

Laudio

Compañía Estabillo en noviembre y primera quincena de diciembre; luego en la Urrutia hasta Santoña

  1. Barañano Escuza, Feliciano:

Laudio

Compañía Ayala en octubre; Sargento en noviembre; luego pasa a la Estabillo y en la segunda quincena de diciembre a la Urrutia como Cabo, hasta marzo. Después pasó al Batallón Malato como Capitán

  1. Barbara Rotaeche, Félix:

Laudio

Compañía Ayala desde octubre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 15

  1. Bárcena Castresana, Antonio:

Artziniega

Compañía Alaitza desde marzo hasta Santoña, herido desde junio

  1. Bárcena Castresana, Domingo:

Artziniega

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 14

  1. Barredo Tellaeche, Sergio:

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Barrena Barrena, José:

Compañía Estabillo de septiembre hasta la primera quincena de diciembre; en la Urrutia hasta Santoña, Cabo desde abril

  1. Barrenengoa Elejalde, Bernabé:

Amurrio

Compañía Estabillo desde septiembre hasta diciembre; Servicios Auxiliares (barbero) hasta Santoña, estando herido desde la segunda quincena de mayo

  1. Basabe, Francisco:

Compañía Eleizalde en enero; Sección Mixta en febrero y primera quincena de marzo

  1. Basabe Biteri, Agapito:

Elosu

Compañía Ayala desde noviembre hasta mayo; Sección Mixta en junio y Santoña. En octubre figura un Victor Basabe, que podría ser el mismo

  1. Basaldua Bordes, Francisco:

Amurrio

Compañía Ayala desde octubre hasta la primera quincena de diciembre, herido en la segunda; Servicios Auxiliares en enero; Sección Mixta en febrero y marzo; Compañía Alaitza desde abril, herido en junio y Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 31

  1. Basarrate Las Fuentes, Dionisio:

Okondo

Servicios Auxiliares en diciembre; en los meses finales fue miembro del Cuartel

  1. Basarrate Las Fuentes, Francisco:

Okondo

Compañía Eleizalde desde octubre hasta mayo; Cabo solo en enero

  1. Basterrechea Begoña, Jeremías:

Larrabetzu

Sección de Enlaces en febrero

  1. Basterrechea Solano, Vicente:

Compañía Alaitza desde diciembre hasta marzo; Urrutia en abril. Luego pasó al batallón Cultura y Deporte de las JSU

  1. Basualdo Isasi, Gregorio:

Baranbio

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña, primero como Sargento y desde mayo como Suboficial.

  1. Batiz Aresti, Faustino:

Sección de Enlaces desde febrero hasta abril. Fue herido gravemente el 4 de enero de 1938 cuando era soldado del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Begoña, por lo que se le concedió una pensión vitalicia de 12,50 pesetas mensuales.

  1. Beiztegui Tolosana, Eduardo:

Compañía Ayala en octubre, capitán en noviembre y diciembre. Estuvo encarcelado del 6 de septiembre de 1937 al 26 de abril de 1938

  1. Benavides Mezcorta, Pascual:

Llanteno

Compañía Eleizalde en octubre, Estabillo en noviembre y primera quincena de diciembre, luego en la Urrutia hasta abril. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 13

  1. Bengoa Sagarduy, Sebastián:

Laudio

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio. Su hermano Pedro estuvo en el Batallón de Trabajadores nº 50

  1. Bengoa Urrutia, Gabriel:

Ibarra

Compañía Ayala desde la segunda quincena de noviembre hasta junio. Fue destinado a un Batallón de Trabajadores.

  1. Beobide Garmendia, Andrés:

Zestafe

Sección Enlaces en la segunda quincena de diciembre y enero; Sección Mixta hasta mayo; Compañía Ayala en junio y Santoña. Su hermano José estuvo preso del 6 al 28 de julio de 1937

  1. Beobide Garmendia, Eulogio:

Zestafe

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio. Falleció en un bombardeo el 18 de julio de 1937

  1. Beobide Garmendia, Sebastián:

Zestafe

Sección Enlaces la segunda quincena de diciembre y enero; Sección Mixta febrero y marzo; Urrutia desde abril a Santoña

  1. Beracoechea Gorostizaga, Pablo:

Compañía Estabillo desde abril hasta junio

  1. Beraza Olano, José María:

Artziniega

Sección Mixta en febrero; luego pasa a la Eleizalde hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 112

  1. Beraza Urquijo, Ángel:

Zuaza

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 14

  1. Beraza Urquijo, Tiburcio:

Zuaza

Compañía Eleizalde la segunda quincena de octubre; a partir de enero en la Estabillo hasta junio (entre medias no aparece). Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 17

  1. Bergara Albiz, Andrés:

Salmanton

Compañía Eleizalde desde octubre hasta mayo. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 18. Su hermano Rufino estuvo preso en Cádiz.

  1. Bergara Echeguren, Elías:

Respaldiza

Compañía Estabillo desde septiembre hasta Santoña; Cabo desde noviembre, Sargento desde febrero y Teniente en junio. Estuvo preso en El Dueso y luego en Puerto de Santa María hasta agosto de 1940.

  1. Bergara Echeguren, Juan José:

Respaldiza

Compañía Estabillo desde abril hasta junio

  1. Bergara Larrieta, Nicanor:

Tertanga

Compañía Ayala desde octubre hasta la primera quincena de diciembre; herido en la segunda; en la Sección Mixta en enero, y luego regresa a la Ayala hasta marzo; luego pasó al Batallón Olabarri o ANV-1. Tras la Guerra, consiguió saltar de un camión en Orduña y ocultarse en su casa hasta que huyó a Francia

  1. Bergara Larrieta, Valentín:

Tertanga

Compañía Estabillo desde septiembre hasta Santoña

  1. Bergara Velasco, Félix:

Orduña

Compañía Estabillo desde septiembre hasta mayo; Sección Mixta en junio y Santoña

  1. Berriozabal Ugarte, Jesús:

Legutiano

Compañía Eleizalde desde octubre hasta mayo. Fue encarcelado en Puerto de Santa María hasta septiembre de 1940. Su hermano José estuvo encarcelado de agosto a noviembre de 1936

  1. Berroxalditz Uriarte, Tomás:

Sección de Enlaces desde la segunda quincena de marzo hasta junio

  1. Bideguren Urraza, Ángel:

Okondo?

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña, herido desde junio

  1. Bilbao Inchaurraga, Francisco:

Compañía Eleizalde en octubre y luego en la Alaitza hasta junio

  1. Billalabeitia Ugarte, Felipe:

Sección de Enlaces en febrero

  1. Biteri Mendieta, Faustino:

Urrunaga

Compañía Ayala desde noviembre hasta junio; ascendió a Cabo en abril

  1. Biteri Ruiz, Leandro:

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña; herido en la segunda quincena de mayo y en Santoña

  1. Biteri Unzalu, Domingo:

Elosu

Compañía Eleizalde desde octubre hasta Santoña; Sargento desde el primer momento; Teniente desde abril; Capitán en junio; herido en Santoña. Estuvo en prisión.

  1. Bordagaray Yarritu, José:

Lezama

Compañía Estabillo en mayo y junio

  1. Bordagaray Yarritu, Luis:

Lezama

Compañía Estabillo de septiembre a marzo, Cabo desde enero; Sección Mixta en abril y mayo; Cabo de la Compañía Estabillo en junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 12

  1. Bordes Cerrillo, Evaristo:

Amurrio

Compañía Alaitza desde abril a junio. Era moldeador y, en marzo de 1938, causó baja de la Caja de Reclutas de Vitoria para entrar a trabajar, forzosamente, en la fábrica de Mariano Corral en Amurrio.

  1. Bordes Echeguren, Esteban:

Amurrio

Compañía Eleizalde en octubre y luego en la Alaitza hasta marzo; después pasó al Batallón Simón Bolibar

  1. Bordes Echeguren, Matías:

Amurrio

Sección Enlaces en enero y febrero; Sección Mixta en marzo

  1. Braceras Otaolaurruchi, Luis:

Menagarai

Compañía Alaitza en la segunda quincena de mayo y junio. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 15

  1. Bringas Bringas, Marcelino:

Artziniega

Compañía Alaitza desde abril hasta Santoña. Estuvo encarcelado en la Prisión Provincial de Huelva

  1. Cámara Bringas, Jesús:

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio

  1. Campo Braceras, Cirilo:

Sojo

Compañía Ayala en octubre y primera quincena de noviembre; luego Sección de Enlaces hasta Santoña. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 37

  1. Campo Braceras, José Antonio:

Sojo

Compañía Estabillo desde septiembre hasta abril; Cabo desde la segunda quincena de noviembre

  1. Campo Braceras, Juan Cruz:

Sojo

Compañía Estabillo en septiembre y octubre; luego a Sección de Enlaces hasta abril, siendo Cabo en este último momento. Fue sometido a Consejo de Guerra sumarísimo, del que fue sobreseído en 1941.

  1. Campo Lecanda, Víctor:

Amurrio

Compañía Ayala en octubre; Servicios Auxiliares (guardia) en noviembre y diciembre; en enero en el Cuartel de Lamuza

  1. Campo Pinedo, José Ramón:

Compañía Ayala desde octubre hasta marzo

  1. Canibe Berganza, Serapio:

Retes de Llanteno

Compañía Estabillo desde marzo hasta Santoña, herido desde la segunda quincena de mayo

  1. Carrión Iñiguez de Mendoza, Eduardo:

Vitoria-Gasteiz

Compañía Ayala desde octubre hasta abril, siendo Suboficial desde noviembre; en mayo ascendió a Suboficial de la Plana Mayor. Fue encarcelado.

  1. Castañares Iturbe, Juan:

Elosu

Compañía Eleizalde desde diciembre hasta junio. Fue encarcelado en noviembre de 1937

  1. Castaños Abasolo, Segundo:

Izoria

Compañía Ayala desde noviembre hasta junio. Estuvo encarcelado en Pamplona y antes en Vitoria, del 16 de agosto de 1937 al 11 de octubre de 1938, donde regresó el 6 de diciembre de 1939 para estar hasta el 2 de marzo de 1940

  1. Cendoya Aldecoa, Juan:

Compañía Ayala desde octubre hasta junio; Cabo desde noviembre hasta marzo, luego fue solo gudari

  1. Cendoya Aldecoa, Rafael:

Compañía Alaitza desde diciembre hasta junio

  1. Cereceda Pereda, José Luis:

Retes de Tudela

Compañía Alaitza desde abril a junio

  1. Cereceda Urquijo, Manuel:

Menagarai

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio

  1. Cortazar Armentia, Julián:

Legutiano

Compañía Eleizalde desde octubre hasta mayo.

  1. Cortazar Díaz de Lezana, Ignacio:

Orduña

Sección de Enlaces en mayo; pasa a la Estabillo en junio

  1. Cortazar López, Cornelio:

Sección de Enlaces desde la segunda quincena de diciembre hasta Santoña, herido desde la segunda quincena de junio

  1. Cristóbal Urrestarazu, Andrés:

Compañía Ayala desde la segunda quincena de noviembre hasta Santoña; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Cuadra Echevarria, Jesús:

Arrigorriaga, vecino de Amurrio

Sección de Enlaces desde marzo hasta junio

  1. Cuadra Larrazabal, Florencio:

Amurrio

Compañía Alaitza desde abril hasta Santoña, herido en este último momento; en julio en el Batallón Simón Bolibar

  1. Cuadra Madaria, Maximino:

Lendoño de Abajo

Compañía Eleizalde en octubre y luego en la Alaitza hasta junio

  1. Cuadra Otaola, Miguel:

Mendeika

Compañía Eleizalde desde octubre hasta mayo

  1. Cuadra Yarritu, Gregorio:

Amurrio

Compañía Ayala en octubre y primera quincena de noviembre; luego pasa a la Estabillo hasta marzo. Fue destinado al Batallón de Trabajadores nº 76

  1. Cuadra Yarritu, José Luis:

Amurrio

Compañía Estabillo de septiembre a la primera quincena de diciembre; Cabo de la Urrutia desde la segunda a marzo; luego Cabo del Cuartel hasta Santoña

  1. Cuevas Urrutia, Aurelio:

Araia

Compañía Ayala desde noviembre hasta Santoña. Fue encarcelado.

  1. Chertudi Larrucea, Juan:

Compañía Ayala en la segunda quincena de noviembre y primera de diciembre; luego en la Urrutia hasta Santoña

  1. Díaz Espinosa, Severiano:

Compañía Estabillo desde septiembre hasta mayo; Sección de Enlaces en junio y Santoña

  1. Díaz Robledo, Baldomero:

Sección Mixta en enero, luego pasa a la Estabillo hasta Santoña

  1. Diego Diego, José:

Compañía Ayala desde noviembre hasta marzo, parece que falta en la segunda quincena de enero. Luego pasó al Batallón de Ingenieros nº 6

  1. Diego Diego, Pedro:

Compañía Estabillo desde enero hasta marzo. Luego pasó al Batallón de Ingenieros nº 6

  1. Dierez Zinkunegi, Iñaki:

Azkoitia

Se incorpora en la Sección Mixta en la segunda quincena de marzo, pasa en abril a la Compañía Ayala, herido en Santoña

  1. Díez Elejalde, Ambrosio:

Orduña

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio

  1. Dorronsoro Echevarria, Ignacio:

Arrankudiaga

Compañía Alaitza desde diciembre hasta marzo

  1. Duo Lekue, José:

Arrankudiaga

Compañía Alaitza desde diciembre hasta Santoña como Teniente

  1. Duran Serrada, Aureliano:

Compañía Ayala desde la segunda quincena de diciembre hasta mayo. Era Guardia Civil

  1. Durana Ugarte, Felipe:

Orduña

Compañía Eleizalde desde octubre hasta junio

Bienes y derechos del Señor de Ayala

Uno de los interesantes documentos aparecidos en el Apéndice Documental del libro sobre la casa torre de Murga escrito por E. García y F. Verástegui consiste en una relación de los bienes y derechos que el Señor de Ayala, Pedro López de Ayala (el posteriormente conocido como «Comunero»), tenía en la Tierra de Ayala a finales del siglo XV.

El escrito fue realizado por su merino y recaudador Juan López de Sojo en 1496. Varias generaciones de los Sojo fueron los más fieles servidores de los Ayala por aquel entonces. En el documento que elaboró, incluyó una serie de bienes que es evidente que no le correspondían, pero sobre los cuales aspiraba a arrogarse su propiedad.

En primer lugar, el Señor de Ayala tenía la jurisdicción civil y criminal, es decir, la administración de justicia. Al fin y al cabo, Ayala era un señorío jurisdiccional. En todo caso, los vecinos de la Tierra habían logrado la capacidad para nombrar alcaldes que administrasen justicia en primera instancia, si bien el Alcalde Mayor, nombrado por el Señor, además de tener esta capacidad, entendía los casos de apelación.

En segundo lugar, los Señores de Ayala fueron patronos de muchas iglesias en la Tierra. En algunos casos, sabemos que este derecho fue comprado por sus antecesores; en otros, lo podemos intuir. Y también tenían la propiedad de algunos solares cuyos moradores eran vasallos suyos y pagaban anualmente tributos generalmente en trigo y cebada, pero a veces también en gallinas, lechones o carneros. Lo iremos viendo pueblo por pueblo.

Como es sabido, el centro de poder de los Señores en Ayala residió en Quejana. Así, era patrón de la iglesia de San Juan (que compraron sus antecesores un siglo antes a decenas de porcioneros) y sus sufraganas de Santa Eugenia (sic) de Ozeka, San Pedro de Menoyo y Santa María de Etxaurren. Poseía también los palacios de Quejana con su huerta, campo, castañales, etc;  “el solar de la casa de baxo” con sus heredades, campo y pertenencias desde el camino que iba a casa de Álvaro Ortiz (se refiere a Álvaro Ortiz de Aldama) por el río abajo hasta “la puente que pasan a Ybarguen por el camino rreal fasta dicha casa”. Tenía un majuelo llamado el Peraçal que estaba debajo de la casa de Robina.

Tenía en este lugar los solares de Ysa; el solar de Pedro Echaurren; el de Gorvea “en el lugar de Gorbea”; y los solares de Hortuño, Diego y Diego de Çaballa que probablemente estaban también en Ozeka.

El otro gran centro de poder de Ayala era Respaldiza. El Señor era patrón de su iglesia, con el correspondiente derecho a nombrar sacerdotes, y en este concejo tenía también “el palaçio del monesterio” con su huerta, campos y heredades que estaban junto a el y la iglesia así como unas heredades que tenían en arrendamiento Juan Ortiz de Ibarrola y su hermano Fortún Ibáñez. Por último, también poseían la ermita de “Santa Maria de Eguioguen”.

En Llanteno, era el único patrón de la parroquia de Santiago y además tenía tres solares: el de Echevarria, el de “Lavarrieta del monte” y el solar de Echave.

En Beotegi era patrón de la parroquia de Santo Tomás de Perea, de la que eran feligreses los de Beotegi y Retes de Llanteno. En el primer lugar, tenía el solar de Larringana; y en Retes, el de Echave.

En Menagarai era patrón de la iglesia de San Pedro y tenía también el “solar de Biçirico”. En Zuaza era patrón de la iglesia de Santa María pero no en solitario, ya que el solar de Quadra también tenía algún pequeño derecho en ella. En esta localidad, tenía los solares de Echevarria, Urieta y el de “Undio Belaustegui debaxo”. Hay que decir que en 1378 Fernán Pérez de Ayala donó el solar de Undio para el recién fundado monasterio de San Juan, el cual había comprado anteriormente para pasto de su ganado.

En este escrito, sorprendentemente, el Señor figura como propietario de 2/3 de la iglesia de San Juan de Murga, la mitad de la torre y casa fuerte, ¾ del palacio, el manzanal delante del palacio y la 1/4 de todas las heredades del solar de Murga entre el puente de Marquijana y el puente de Izoria y entre Santa María de Amurrio y San Juan de Murga. Esta no era una propiedad real sino que parece denotar cierta voluntad de apropiación de bienes ajenos, en este caso de sus rivales los Murga.

En Luyando le correspondían los diezmos de la iglesia de Santa María Magdalena, que figura como sufragana de la de Respaldiza, y el concejo le pagaba diez fanegas de trigo por el pie de altar de Luyando. Tenía también unas ruedas, solar y herrería en este lugar. Por otra parte, en la zona de la Sopeña los Señores poseían 2/9 de la iglesia de Maroño, ya que el resto era del mismo pueblo y del abad de San Millán de la Cogolla. En Izoria poseía las ¾ partes del monasterio de San Julian, ya que la parte restante era de los capellanes que servían a la dicha iglesia. Y en Salmanton la ermita de Santa Cruz y unos nogales junto a ella.

El Señor de Ayala llevaba ¼ de los diezmos de la iglesia de Santiago de Larrinbe, ya que las partes restantes las llevaban los clérigos de Amurrio, que debían ir el día de La Magdalena a Quejana a decir misa por los señores. En el monasterio de Etxegoien llevaban 2/3 partes de los diezmos, la otra parte la llevaba la mujer de Juan Díaz de Guinea, señor de la casa de Saerin. Eran patronos también de la iglesia de Santa Lucía de Lekamaña.

En el documento que estamos siguiendo, hay tres conjuntos de bienes que se explican con mayor detalle. En primer lugar, el Señor era propietario de 8,5/12 partes del monasterio de Santa María de Baranbio, siendo el resto de la mujer de Juan Díaz de Guinea. Lo destacable en este caso es que se dicen propietarios de un buen número de solares, varios de los cuales tienen topónimos irreconocibles. Sí sabemos que la casa de Saerin tuvo una serie de solares con los que todavía pleiteaba en la segunda mitad del XVII, pero de estos solares de los que se dice propietario la Casa de Ayala no sabemos gran cosa. Son los siguientes:

  • la mitad de la herrería de Çiorraga y la mitad de la rueda que estaba junto a ella con la mitad de sus pertenecidos, ruedas y manzanales (sospechamos que en este caso ocurre lo mismo que con el solar de Murga)
  • el solar de Isasi
  • el solar de Aguirre
  • el solar de Rotabarria que tenía Lope
  • el solar de Biezan
  • el solar de Pero Hernández de Mendibil
  • el solar de Uriza
  • el solar de Juan de Lascano “y su hermandad”
  • el solar de Juan de Coscorra
  • el solar de Juan de Coscorra “debaxo”
  • el solar de Guipuça

 

En el lugar de Derendano tenían una serie de bienes que se describen uno a uno, empezando por:

  • ruedas “que se llaman pasaje con el palaçio questa delante. Las ruedas del Pasaje son el molino de Saratxo, junto a las curvas de la carretera; parece que tenía un palacio delante, cuyos antuzanos, quintanales y era también poseían
  • una huerta junto a las ruedas
  • la pieza de Laserue que sale del camino real a San Nicolás al camino real a Orduña
  • una pieza parte arriba del palacio que sale al arroyo que viene de “Jimileo”, a surco de Juan de Derendano y Juan de Aguirre
  • una pieza que va de la dicha quintana arriba, entre Hernando de Aguirre y Rodrigo de Saracho
  • una pieza en el camino que van a San Nicolás, a surco de Juan Ortiz de Saracho y Juan de Derendano
  • una pieza sobre el río de Eguinega, a surco de Martín el herrero y Rodrigo de Saracho
  • una pieza en Chinesa parte arriba del campo en el calce
  • una pieza debajo del palacio viejo hasta el río, a surco de Pedro de Calçada
  • este palacio viejo junto a San Nicolás con sus heredades y pertenecidos
  • una pieza debajo del camino que va a San Nicolás, a surco de Martín de Çubiaur y Pedro de la Calçada
  • una pieza junto al camino que va de Çubiaur a Saracho y a Orduña, a surco de Martín el herrero
  • una pieza tras la iglesia de Lekamaña a surco de Pedro de Urruño y Lope de Urruçaga
  • una pieza a surco de Juan el herrero en Munetegui
  • una pieza a surco de Juan Ortiz de Saracho y de los hijos del herrero en Munetegui
  • el solar de Gueleçabe
  • el solar de Madalbe (que probablemente estaba en Lekamaña, ya que en 1562 Martín de Uliarte de Madalbe era vecino en este pueblo)

 

Finalmente, contamos con una detallada descripción de los bienes que el Señor de Ayala tenía en Amurrio, la mayor parte de ellos correspondientes a casa fuerte de Mendixur, que fue usada durante siglos como cárcel de la Tierra de Ayala. En la parroquia, eran patronos de la mitad de los diezmos (posteriormente harían cesión perpetua de por vida al Aposentador Ugarte, y después a Juan de Urrutia). Junto a la iglesia tenían una casa con dos manzanales, y la casa fuerte de Mendixur con sus heredades, que son las siguientes:

  • El manzanal viejo, a surco de Martín de Uliarte y la propia casa
  • Una heredad entre la torre y el arroyo que baja de Santa Cruz
  • Una pieza sobre la fuente, entre el arroyo y el camino a Aldaiturriaga
  • Una pieza cerrada con la huerta
  • Una pieza entre el calce de las ruedas de las monjas y el río
  • Una pieza en Mascoribay junto a las ruedas y el calce
  • Una pieza llamada “el parral” entre los manzanales de Mendeguren y el arroyo que baja de Usiaran
  • Una pieza en Ladaruao tras las casas de Hortún Sáenz de Aldaiturriaga
  • Una pieza en las returas nuevas en Canpirio, a surco de Hortuño de Beotegui
  • Una pieza en Mendigorria a surco del dicho Hortuño
  • Una pieza en Mendigorria a surco de Hernando de Ugarte
  • Una pieza a surco de Hortuño de Usategui
  • Una pieza entre el calce de las ruedas de las monjas y el camino a Echeguren (Echegoyen?)
  • Una pieza entre el calce y el río
  • Una pieza en los manzanales de Mendiguren entre los propios del dicho Hortuño
  • Media era a surco de Hortuño de Mendiguren y su hermana Teresa
  • Una pieza encima del camino real entre la heredad del dicho Hortuño y Joan de Mendiguren
  • Una pieza en “la altirima”
  • Una era entre la casa y la casa de Juan de Mendixur con sus antezanos y quintanales alrededor de la torre

 

¿Y Okondo? Los señores de Ayala fueron dueños de la torre de Unza, que también usaron como cárcel, y de sus iglesias, pero por alguna razón no fueron incluídos en esta relación cuyo máximo interés, en cualquier caso, reside en los nombres de solares, topónimos y personas que nos aporta para una época, finales del XV, sobre la que disponemos de muy poca documentación.

 

 

 

 

Venturas y desventuras de unos guipuzcoanos

 

 

A las cuatro de la tarde del día 4 de diciembre de 1779 tres hombres fueron detenidos en la taberna de Bengoetxea de Abajo del valle de Orozko. El alcalde y juez ordinario Melchor Antonio de Cerrajería había pasado a realizar la detención con su ministro de vara y otros guardas tras haber sido informado de que en dicho lugar se encontraban unos forasteros, “parece son guipuzcoanos”, que llevaban varias jornadas haciendo mansión a puerta cerrada y sin trabajar, de modo que se sospechaba que eran personas de mal vivir. Si a ello sumamos que en fechas recientes se habían producido algunos robos en Baranbio, atribuidos por las habladurías locales a unos forasteros que allí se encontraban trabajando, el alcalde no necesitó mucho más para llevarlos a la cárcel pública de Orozko, alojarlos en celdas separadas y proceder a su interrogatorio.

Se llamaban Ignacio y Alejandro de Alcain y Juan Pérez de Zubiaurre; su compañero Joaquín de Olarriaga se había librado de la detención porque esa jornada había ido a Bilbao a recoger unos calzones que le había hecho Antonio de Ugarriza, de modo que al regresar se encontró con que sus compañeros habían sido detenidos. Suponemos que debió ser el miedo y/o la cautela lo que le llevó a dejar Orozko y buscar cobijo en Laudio, en la casa de una viuda llamada Josefa, que llamaban Alzarrate (suponemos que se refiere a la casa, pero es posible que a ella también).

Joaquín no se presentó ante las autoridades hasta el 18, catorce días después de la detención. ¿Acaso estuvo atando cabos y preparando una declaración que vino a ser coincidente prácticamente en todo con la de sus compañeros? Bueno, no consideramos que esto sea lo más importante. Vaya por delante que la falta de pruebas tangibles, la presentación de unos testimonios coherentes o al menos coincidentes entre sí, la demostración de su hidalguía y la ratificación de su nobleza y buena conducta por algunos paisanos guipuzcoanos fueron suficientes para resultar absueltos tanto por la justicia ordinaria del valle de Orozko como por la Audiencia de la Chancillería de Valladolid, que era el tribunal superior de justicia de la época.

Lo que más nos interesa es presentar un ejemplo de la cotidianidad, sobre todo de una forma de vida sobre la que no se ha hablado demasiado. Porque el campo, lejos de ser un remanso de paz y un acogedor y bucólico entorno en el que el casero de turno labraba sus tierras con esfuerzo pero con independencia y suficiencia, sin duda fue tremendamente hostil con los menos favorecidos, y obligó a miles de personas, cuando no a emigrar de manera definitiva, sí a pasar largas temporadas trabajando fuera de casa en una vida nómada y sin domicilio fijo. Es el caso de nuestros protagonistas que, como tantos y tantos guipuzcoanos, llegaron al valle del Nervión y zona de Altube para ganar un jornal con su trabajo diario y así poder subsistir.

 

El primero en recalar en nuestra zona en aquel año de 1779 fue Ignacio de Alcain Olarriaga, nacido en Larraul en 1752 pero criado en Zizurkil, y vecino por entonces de Azkoitia. Debía tener bastante experiencia y llevar años frecuentando estos lares; no obstante, en 1774 bautizaron un hijo en Bilbao. Su mujer Ignacia de Echezarreta Mugarbe, de hecho, ya tenía familia en Altube y sus proximidades: su hermano Ignacio fue merino de la Tierra de Ayala en 1773 como vecino que era de Lezama en el caserío Amezketa. Fue carbonero y murió despeñado en Gujuli en el verano de 1781. Otro hermano suyo, Manuel, vivió también en las inmediaciones, ambos desde la década de los cincuenta, y casados con dos hermanas de ascendencia guipuzcoana. Las redes familiares fueron muy importantes, trascendentales, en estos desplazamientos desde Gipuzkoa hasta el Alto Nervión y otros lugares del occidente vasco. Sin ir más lejos, sus primos los Mugarbe también se instalaron en Astobiza y adyacentes.

Pues bien, Ignacio se despidió de su mujer en febrero de 1779 para ir a Laudio, donde le esperaban dos primos suyos, Miguel Ignacio de Amuchategui (que no era su primo carnal, dos años después se casó en el mismo Laudio) y Antonio de Larrañaga Alcain, trabajando para una viuda llamada Ana María en la casa llamada “Ybagozaoga”. Ignacio pasó la primera noche en la casa de Iturralde, propia de un hombre llamado Francisco, para quien trabajaron unos cuantos días.

El modus operandi de estos individuos era emplearse allí donde se les requiriera acordando previamente el trabajo a realizar y el salario que iban a percibir bien fuera por jornada trabajada o, más habitualmente, en función del trabajo realizado. En el ínterin, solían habitar en la casa de la persona que les contrataba, que en muchos casos eran personas muy pudientes en el contexto local. Alcain y sus primos, por ejemplo, siguieron trabajando por unos días en Aretxaltuaga; veinte días en la casa de Izagirre en Gardea, que era de Ignacio de Olabarrieta y luego en Atxeta. De aquí pasaron a Okondo para emplearse cuatro días en la casa de Urteaga, de Francisco de Artecona, en la casa de Izaga, de Juan José de Lezama, y en la del alcalde ordinario del valle aquel año.

Entonces, regresaron a Laudio para trabajar en casa de Bartolomé de Ibarrola por cuenta de su padre José. Fue entonces cuando llegó su hermano Alejandro, 6 años menor que Ignacio, nacido ya en Zizurkil. Era joven, tan solo 21 años, pero había pasado los dos años anteriores formándose en el oficio en Donostia con un maestro constructor de navíos, y sabía escribir, a diferencia de su hermano. Alejandro no hizo el desplazamiento a solas sino que salió de Zizurkil en compañía de Martín de Alcorta sobre el 17 o 18 de abril rumbo a Ugao-Miraballes, probablemente a casa de Juan Antonio de Hernani, que había escrito para que le sirviera de contramaestre en la carpintería del maderamen que cortaba para construcción de navíos. No parece que finalmente llegaran a un acuerdo de modo que fue reclamado por su hermano Ignacio para que le ayudase en las obras que manejaba en los valles de Okondo y Laudio, a donde pasaron el día 25 o 26 de abril para trabajar en casa del dicho alcalde ordinario de la cuadrilla de Okondo mientras sus primos fueron a trabajar a casa de un vecino de la plaza de Laudio y les perdemos la pista en esta historia.

Pero, ¿por qué? ¿Cuál es la razón por la que los guipuzcoanos encontraban un sustento en la zona del Nervión-Altube y no en sus localidades natales? El propio Alejandro nos explica sus motivos personales: “en dha villa de Zizurquil no hallaua jornal tan superior como el que se consigue por estas circunferencias pues le dan ocho reales diarios y en aquella villa no llegan más de cinco”. Oferta y demanda. En el Alto Nervión, los salarios eran mayores, probablemente por ser la mano de obra más escasa para estas labores de carpintería, leñador y carbonero que mayoritariamente desempeñaron guipuzcoanos y, en menor medida, navarros, vascofranceses, bearneses y vizcaínos. Por el contrario, los naturales del Alto Nervión practicaron con enorme frecuencia la arriería.

La emigración guipuzcoana a esta zona la conocemos de manera especial por aquellos que se casaron y se establecieron, como fue su caso, ya que Alejandro se casó en Orozko en diciembre de 1782 y murió en este lugar en 1833. Pero hubo muchos que simplemente vinieron a trabajar una o varias temporadas y regresaron sin más contratiempos a su lugar natal. Es lo que parece que ocurrió con su hermano Ignacio.

 

Retomamos el periplo de nuestros protagonistas con los hermanos dejando Okondo para regresar a casa de Bartolomé de Ibarrola, momento en que se unieron a ellos su primo Joaquín de Olarriaga Zialceta y Juan Pérez de Zubiaurre Ansa. Joaquín había nacido en Asteasu en 1748 pero se trasladó a vivir a Zizurkil a corta edad, pueblo del que procedía Zubiaurre. Ambos eran solteros y carpinteros. La víspera de San Pedro, salieron con destino a la casa de Hernani en Ugao para que les proporcionase en qué emplearse como había hecho el año anterior, pero como no tenía obra en qué ocuparlos y Joaquín había recibido una carta de su primo Alejandro, fueron al valle de Laudio y se reunieron el sábado 3 de julio.

Los cuatro juntos trabajaron diecisiete días para Ibarrola. Después, Olarriaga se fue por su cuenta para emplearse por espacio de unos dos meses haciendo carbón para un vecino del mismo Laudio que se llamaba Bautista. Por esa época también regresó brevemente a su casa de Zizurkil antes de regresar y continuar el trabajo donde lo había dejado. Los otros tres trabajaron catorce días para Pedro Antonio de Ugarte, que por aquel entonces ya residía en Katuja, seis días para un tal Simón residente en la plaza de Laudio, catorce para José Iñigo de Aldama, tres para el vicario Manuel Fernando de Orue y otros tres para Ignacio de Olabarrieta, justo cuando regresó Olarriaga, poco antes de la festividad de San Miguel, el 29 de septiembre.

 

Tras pasar dos días en la citada casa de la viuda de Alzarrate, un tal Manuel, que era oficial tirador de la ferrería de Jauregia, en Berganza, los contrató para serrar “coloma” y tabla para el propietario de dichas instalaciones, que era Domingo Santiago de Arriaga. Los cuatro dijeron que era menester saber de fijo el jornal diario que les habría de pagar por cada día que estuvieran en Altube así como por lo que serraran, pero Arriaga les tranquilizó diciendo que no les quitaría nada y que el precio lo regularía una persona “inteligente” en la materia nombrado para ello de conformidad entre ambas partes.

Este trabajo les llevó unos cuarenta días y lo desarrollaron tanto en los montes de Altube como en el mismo Berganza. Estuvieron alojados por orden de Arriaga en la casa-posada y taberna de Pedro de Salcedo y Tomasa de Aldama, que debía estar en el mismo barrio. En todo ese periodo, solamente Ignacio de Alcain faltó algunas jornadas por haber ido a Azkoitia a llevarle a su mujer unos reales que había cobrado de Pedro Antonio de Ugarte por la venta de una vaca con su cría y por jornales de los días que había estado trabajando para él.

Parece que fue el día 13 de noviembre cuando quedaron para liquidar los jornales con Arriaga y se recurrió como tasador al maestro ensamblador y perito agrimensor Pedro de Orue, vecino de Orozko. Sin embargo, una vez que realizó su tasación, Arriaga le arrebató el papel de las manos y le dijo que no era válido ni podía darle estimación por los precios tan elevados en que había regulado la cantidad de tabla y coloma cortada. Lógicamente, los carpinteros se enfadaron y protestaron. Finalmente, y a pesar de que Arriaga consiguió rebajar el precio final, el lunes día 15 acordaron concluir el trabajo a cambio de ciertas cantidades que Arriaga, de quien dice que hablaba con mucha “fogosidad”, parece que tampoco satisfizo, de modo que se despidieron muy disgustados con él por su mal comportamiento.

El domingo 28 de noviembre, tras asistir a misa en Baranbio, los cuatro guipuzcoanos salieron para Orozko portando sus herramientas de trabajo (dos sierras mayores y sus hachas) ya que sus ropas y efectos personales quedaron en casa de Salcedo con orden expresa de que su mujer Tomasa las remitiera a la taberna de Bengoetxea, lo cual cumplió por medio de Domingo de Adaro de Aspe el 1 de diciembre.

Olarriaga y Zubiaurre pasaron esa noche en la casa-mesón de Gabriel de Mendiolabeitia en Zubiaur. Habían ido allí con intención de encontrarse con Francisco de Mújica y con Martín, un primo de Zubiaurre, que estaban trabajando para Sebastián de Rotaeche, del caserío Gorostiza, pero no los encontraron. Durmieron junto a dos hombres, uno de ellos de Baranbio. Este detalle aparentemente sin trascendencia alguna revela que fueron preguntados por la compañía que tuvieron en dicho mesón con el fin de averiguar su coartada, por motivos que más adelante comentaremos.

El día siguiente, lunes, lo pasaron entero en la posada de Bengoetxea y parece que esa noche se corrieron una pequeña juerga. Según las propias palabras de Olarriaga, cenaron los cuatro con Josefa la tabernera, Ana María mujer de un herrero y una muchacha que llamaban Catalina, que al parecer venía de la ferrería de Torrezar, y se acostaron sobre la medianoche porque se habían divertido bastante con dicha moza y la tabernera cantando y danzando al son de una «trompa».

La tabernera, que en el momento de la detención también fue llevada a prisión para que prestase declaración, se llamaba Josefa de Jauregui Aguirre. Según parece, fue bautizada en la localidad alavesa de Luko en 1754, quizá por haberse hallado allí sus padres de manera accidental. Era hija de María de Aguirre Berganza, natural de Astobiza, y de Francisco de Jauregui Barrones, que por aquel entonces estaba encamado  como consecuencia de unos golpes que le habían dado en la cara. Olarriaga no sabía ni su nombre ni su apellido porque solían llamarle “Laudio”, de donde era natural. Lo curioso de todo el caso es que la dicha Josefa se casó el 1 de febrero de 1781 precisamente con Juan Pérez de Zubiaurre. En el momento de los hechos, Josefa tenía un hijo natural -en caso de que hubiera sobrevivido, que no lo sabemos- de un año de edad cuyo padre fue Joaquín de Isasi Hierro-Olabarria.

 

Bien, pues al día siguiente los cuatro pasaron a la feria de San Andrés en Gordejuela, donde estuvieron tres días con sus noches en una casa que Maria, la madre de la tabernera, tenía alquilada para tal menester, no sabemos con qué fin concreto. En este intervalo se dedicaron a charlar con la gente y especialmente con los muchos conocidos que Ignacio de Alcain tenía en la zona por el largo tiempo que había estado trabajando, sobre todo en Laudio. De hecho, estuvo tratando con un vecino de dicho valle sobre un posible trabajo. En efecto, Ignacio quedó con Francisco el de Rementeria, vecino de Laudio, que el día 5 (el siguiente a su detención) iría a su casa, que estaba cerca de la que había construido nuevamente Juan de Barrones, a ver y reconocer unas maderas que tenía para serrar tabla. Incluso había apalabrado un trabajo para la primavera próxima en la casa de uno de los dos regidores de Orozko, cuyo nombre y apellido desconocía, pero, dijo, “era el más alto”.

Regresaron a Orozko, no sin haber tenido un encuentro al anochecer en la zona de Burullaga, que se achacó como un fallido intento de robo, del que nada se llegó a esclarecer pues las pruebas en este sentido no tenían ninguna claridad. El día siguiente a su regreso, que a su vez fue el anterior a la detención, lo pasaron entero en Bengoetxea sin salir, lo que generó las sospechas definitivas que llevaron a su detención por esta actitud poco habitual en una sociedad en la que un exceso de privacidad era conceptuado como sospechoso. Los guipuzcoanos explicaron que permanecieron todo el día en su habitación sin bajar al espacio común por el cansancio del viaje y por hacer compañía a Zubiaurre, que estaba delicado y no se habría levantado de la cama. Argumentaban que, siendo día laborable, si les veían en la taberna podrían conceptuarles de personas ociosas, por lo que comieron y bebieron en su habitación sin dejarse ver.

Los robos que se les imputaba fueron dos. El primero tuvo lugar la noche del 10 de noviembre, cuando cuatro hombres, dos armados con escopetas y otros dos con palos, entraron en el caserío Presabarri de Astobiza a cometer un robo. Pronto se dijo en Baranbio que ellos eran los responsables, y al parecer incluso el mismo Arriaga lo declaró. El otro ocurrió muy cerca de allí, en la casa de la viuda de Mateo de Zulueta en Ziorraga (Ziorragagoiko, concretamente), la noche del 29 de noviembre. Se supone que ocurrió la noche del 28 al 29 y por eso tanta pregunta y sospecha por el hecho de que Olarriaga y Zubiaurre no durmieran en Bengoetxea aquella noche.

Indagaron sobre todo en el primer incidente, en el que se involucró también a un tejero francés, llamado Carlos, que trabajaba para el potentado de Orozko Manuel Tomás de Epalza. Aquella noche el tejero durmió con los guipuzcoanos en la posada de Salcedo,  en la misma cama con Zubiaurre y Olarriaga según declararon. Dijeron que estuvieron charlando por el “mucho conocimiento que tenían con él”, especialmente Zubiaurre, que le prestó un jubón blanco de lienzo fino. En ese rato, llegó Arriaga y, sentándose en una porción de tabla, se jugaron “con naipes al q llaman del mus” dos azumbres de vino clarete y un pan, de modo que llegó la noche y persuadieron al francés para que durmiera con ellos y regresara a su tejera al día siguiente. Por cierto, que el pobre tejero perdió y tuvo que pagar las viandas al mucho más pudiente Arriaga, que sin embargo racaneó sin pudor a la hora de desembolsar los salarios de sus obreros.

Ignacio declaró que aquel día 10 de noviembre Zubiaurre y el francés habían ido a su morada hablando en secreto, pero nada malo había conceptuado de ello por la mucha amistad que tenían. Alejandro declaró que al día siguiente había llovido mucho y no salieron de la casa.

Por otro lado, era cierto que tenían dos escopetas: una era suya y la había armado en Eibar el diciembre anterior habiendo comprado el cañón a José de Galíndez, el cirujano de Laudio, y la llave a Javier de Muñuzuri. La otra escopeta se la había prestado el citado Arriaga para que durante su estancia en Berganza salieran a cazar perdices y liebres con el perro perdiguero de Arriaga y dos sabuesos que habían traído ellos, uno de ellos al parecer robado en Asteasu. De hecho, habían salido a cazar con Arriaga en dos días que no eran “feriados” o festivos.

Zubiaurre y el tejero se habían conocido, según dijo el primero, en la romería de Santa Ana en el barrio de Acheta (y no Areta, según la fuente) en Laudio por el mes de julio, no hacía tanto tiempo, pero habían coincidido en otras fechas señaladas como las novilladas de San Antolín, en la de San Miguel en Baranbio y el 28 de octubre en que por la noche llegó Carlos con un criado suyo a la posada de Salcedo junto a Olarriaga y Alejandro diciendo que venían todos de la romería de la ermita de San Simón y Judas “que tiene entendido de ellos mismos es sita entre los lugares de dho Barambio y el de Lezama”, día que Zubiaurre invirtió en la caza de perdices con la escopeta que le prestó Arriaga. Se trata, por cierto, de una de las más antiguas menciones que tenemos de la ermita de Aldama y seguramente la primera que hace referencia a una romería.

Por cierto, que Zubiaurre también fue preguntado si había tomado parte en un gran robo de caudales entre Bilbao y San Sebastián junto a un hombre llamado Perico el Gordo, que estaba preso en la cárcel donostiarra.

 

Como hemos dicho, nada se pudo probar y los acusados fueron absueltos. Cada uno de ellos siguió con su vida, Alejandro de Alcain y Zubiaurre establecidos en Baranbio, Ignacio seguramente continuó viviendo en Gipuzkoa, Joaquín se casó en 1783 con una hermana de Zubiaurre en Zizurkil, donde murió en 1810. Los años pasaron y durante aproximadamente otro siglo muchos guipuzcoanos continuaron viniendo a Orozko, Laudio, Altube y el Alto Nervión en general, por una temporada o para toda la vida, a trabajar en el monte y en las ferrerías. Continuó habiendo ocasionales robos, algunos se esclarecían y otros no; algunos no dejaron de fundir en el juego y la taberna lo ganado con tanto esfuerzo o simplemente lo robado a algún arriero o caminante; y el común de los hombres y mujeres de esta tierra continuaron tratando de salir adelante en un mundo, el rural, en el que no ha lugar a idealizaciones.

 

 

FUENTE:Real Chancillería de Valladolid, Registro de Ejecutorias, Caja 3480, 11

Nuevos datos para la historia lingüística del Alto Nervión

 

 

De vez en cuando la gente me pregunta por el momento en que el euskera nativo se perdió en la comarca. Algunos esperan obtener una respuesta concreta y sencilla, que evita entrar en mayores consideraciones sobre nuestro pasado al mismo tiempo que encuentra un factor externo que explique la razón por la que el euskera autóctono es una lengua desaparecida. Hablamos, claro está, de Franco.

Pero la realidad nunca es tan simple: el panorama lingüístico de los últimos siglos de nuestra historia es mucho más complejo de lo que hemos creído, pero las fuentes de información disponibles son limitadas y pocas respuestas categóricas podemos aportar. La recopilación de datos sobre la presencia pasada del euskera en el Alto Nervión más completa en lo que respecta a la elaboración de una cronología que estudie el proceso de desaparición de la lengua vasca en este lugar lo constituye el  artículo que publiqué en agosto en la revista Kondaira.

A pesar de que su publicación es reciente, por fortuna continúan apareciendo datos que nos ayudan a presentar un panorama cada vez más definido al respecto, si bien aún insuficiente. Vamos con ello.

 

El expediente para la concesión del hábito de la Orden de Santiago al Capitán Juan de Ugarte Berganza, natural de Lezama, en el año 1638, es un documento de gran valor por muchas razones, entre ellas por los poco habituales datos lingüísticos que contiene. Para ponernos en contexto, la obtención de este hábito conllevaba una investigación previa en la que dos caballeros de la Orden se desplazaban a la localidad natal del sujeto para investigar su nobleza, lo que hacían interrogando a testigos, visitando el solar del que procedía, compulsando partidas sacramentales, testamentos, etc. Y así se efectuó también en el caso del Capitán Ugarte.

Es relativamente frecuente que estos, llamémosle investigadores, hubieran de recurrir a intérpretes locales para entenderse con unos lugareños que hablaban exclusivamente euskera. O al menos eso nos consta en ciertos casos paralelos, incluso en la provincia de Álava. Pero nunca había visto tal cosa en los expedientes de acceso a esta y otras órdenes por parte de naturales de nuestra comarca. Ello puede deberse a dos motivos principales: que no necesitasen intérprete alguno o que, aún necesitándolo, no se hubiera reflejado así en la documentación. Consideramos que esta segunda opción solo se habría producido en el caso de que uno de los receptores supiera euskera y hubiera ejercido directamente como intérprete, papel que frecuentemente solían desempeñar los mismos escribanos que generaban los documentos escritos.

Debido a que por parte de dos de los hombres más poderosos de la zona se trató de obstaculizar el ascenso de Juan de Ugarte mediante la falsa acusación de ser descendiente de judíos, se tomó declaración a una inusual cantidad de testigos. Solo en Lezama se examinó a unos cuarenta hombres, la mayoría de esta localidad pero también los hubo de Amurrio, Larrinbe e Inoso. Pues bien: ni uno solo necesitó intérprete, todos sabían castellano. Es cierto que entre los testigos hubo sacerdotes y escribanos. Es cierto que bastantes testigos firmaron sus declaraciones de su puño y letra, lo que significa una mínima capacidad de lectura y escritura (en castellano, por supuesto).

Pero el dato más significativo de todos es que también hubo bastantes testigos que no sabían firmar, que serían por lo tanto analfabetos, que no habían acudido a ninguna escuela, por rudimentaria que fuera (en Lezama consta que precisamente el abuelo del Capitán enseñó a muchos jóvenes) ni recibido ningún tipo de formación más o menos básica, y aún así conocían el suficiente castellano como para entender y comunicarse correctamente con los dos receptores. Recordemos que estamos en 1638, y que la mayoría de los testigos eran personas de cierta edad, nacidas en la segunda mitad del siglo XVI.

También fueron examinadas dos mujeres. Una de ellas, vecina de Lezama y de edad aproximada a los 90 años, también sabía castellano. Pero la otra no. Se llamaba Francisca de Elexaga, era natural de Amurrio y vecina de Larrinbe, en el barrio Mendibil, donde estaba casada con Diego de Sautu (“no nos entendia lo que la hablabamos y preguntabamos por no saber hablar mas que bascuence”). Por este motivo, nombraron por intérprete nada menos que a Antonio de Murga Esquibel, señor de la casa de Murga.

Por lo tanto, lo que podemos decir es que ya para entonces el castellano era lengua extendida entre Lezama y alrededores. Pero tenemos también a una mujer que podía hacer vida sabiendo solo euskera. Y tenemos también a uno de los personajes más importantes del Alto Nervión, el señor de Murga, conocedor de esta lengua, lo que significaría que el euskera se hablaba también en el seno de las familias más adineradas y que era lengua habitual en la comarca. Hay que pensar que el bilingüismo fue un fenómeno mucho más habitual de lo que pensamos.

A continuación, los receptores pasaron a los lugares de Baranbio y Laudio, los cuales, como es sabido, fueron los últimos en perder el euskera prácticamente en los inicios del siglo XX. Pues bien: en Baranbio, tres de los nueve testigos (Martín de Aranguren, Martín de Onsoño y Sebastián de Isasi) examinados necesitaron intérprete, que fue Pedro de Berganza; y varios de los que no lo necesitaron no sabían firmar.

Por el contrario, en Laudio todos los testigos menos dos necesitaron intérprete.

 

Otras probanzas para la obtención del hábito fueron realizadas en Lezama antes y después. En 1625, cuando se concedió el hábito de Santiago a Hortuño de Ugarte Iturriaga, descendiente de la torre de Jauregia en Berganza, al menos uno de los testigos necesitó de intérprete, que fue a la sazón un vecino de Lemoa. El testigo euskaldun era un anciano apellidado Sagun, vecino de Baranbio, cuyo nombre no se ve con claridad en el documento. Sin embargo, no parece que lo necesitaran otros vecinos de la zona como Juan de Larrea de Vidaur, Juan de Arrategui, Pero Verde, Pedro Ortiz de Berganza, Pedro Hernando de Berganza y Juan de Berganza, por no hablar de otros mucho más cualificados y pertenecientes a la “jet set” local del momento.

En 1636 llegaron dos receptores que examinaron a nueve vecinos de Lezama para la concesión de la Orden de Santiago a Juan de Urbina Eguiluz, descendiente de la casa-torre de Egiluz; y en 1639 se tomó declaración a otros vecinos como parte de la investigación del abuelo materno de Antonio de Isasi Eguiluz, descendiente de la misma casa. Recordemos que fue en 1638 cuando se investigó al Capitán. Por lo tanto, tenemos tres casos en fechas muy cercanas. No hemos dejado de advertir el detalle de que los declarantes en los tres casos fueron prácticamente los mismos. ¿Cabe la posibilidad de que fueran presentados como testigos precisamente por su conocimiento del castellano? Es una opción.

Por último, ninguna referencia lingüística obtenemos del expediente de Lucas de Careaga Urrutia, del año 1707, cuando fueron examinados varios testigos de Lezama, alfabetos y analfabetos, si bien en este caso contemplamos la posibilidad de que uno de los dos receptores supiera euskera.

 

El expediente de Juan de Ugarte nos reserva una sorpresa, y es que el documento trae anexo un pleito que su padre Martín trató con la familia Balza de Berganzagoitia en 1588, muy rico en detalles de todo tipo.

El pleito tuvo lugar en el tribunal del Alcalde Mayor de Ayala y pasó ante el escribano de Amurrio Cristóbal de Ugarte. Al ser familia lejana y, al parecer, afín a Martín de Ugarte, Juan Balza de Berganzagoitia obtuvo la facultad para elegir escribano acompañado, es decir, un escribano que actuara de su parte y “vigilara” que su colega actuase conforme a derecho. Este papel recayó en el escribano Pedro de Menoyo, natural y vecino de Salmanton, personaje de cierta relevancia en la Tierra de Ayala en su época como se puede ver en sus libros de actas.

En un momento dado, Balza protestó que se habían presentado testigos que no sabían la lengua castellana y, dado que Menoyo no entendía “la lengua bascongada”, pidió que no fueran examinados hasta fuese con otro escribano acompañado que sí supiera el idioma (parece que este papel iba a recaer en Hernando de Ugarte, a la sazón hijo de Cristóbal y vecino de Lezama). Nunca se nos aclara quiénes fueron exactamente estos testigos euskaldunes monolingües, aunque sabemos que fueron dos.

De todos modos, hay que prestar atención al hecho de que, aún después de esta queja, Menoyo estuvo recibiendo testimonio de un montón de vecinos de Lezama, incluídas muchas mujeres de todas las edades, más susceptibles de no saber castellano que los hombres, sin que se diga nada sobre ello. ¿Cumplió esa función el escribano Cristóbal de Ugarte, que fue quien las puso por escrito? Es una hipótesis plausible, pero no explica la razón por la que, llegado el momento de tomar declaración a Martín de Pardío, vecino de Amurrio en el barrio del mismo nombre, hubo de nombrase un intérprete, papel que recayó en el escribano Domingo de Uriarte, del mismo lugar.

Por último, también se hace referencia a un baile que, “en lengua bascongada”, llamaban “a tabolin bolinete”, o algo similar. Una señal de la cotidianeidad de la lengua, la que emplearían en el día a día.

 

Todavía hay más. Cuando Martín de Pardío fue llamado a declarar por segunda vez, está escrito que su anterior declaración se le “dio a entender de verbo ad verbum”. La expresión “de verbo ad verbum” no es desconocida y en ocasiones puede hacer referencia a una traducción literal realizada de un idioma a otro, aunque no tiene por qué ser así si nos atenemos a su significado literal. Un caso en el que la hemos hallado es en 1790, cuando el escribano Félix Martinez de Marigorta hizo una notificación en “voz inteligible de verbo ad verbum” en la plazoleta de la iglesia de Lezama. Es atractivo deducir de ello que la notificación se hizo en euskera traduciendo el documento en cuestión pero la verdad es que no podemos afirmar tal cosa.

Por su parte, en ocasiones también leemos que a ciertas personas se les “da a entender” una notificación, una declaración, etc. Puede referirse exclusivamente a lo que parece: una explicación o una lectura, sin implicaciones lingüísticas. Pero, ¿y si así fuera? En este mismo pleito que nos ocupa en los últimos párrafos, a Diego de Padura de Echabarri, Juan de Alupazaga y al joven Juan de Aguirre se les leyó de verbo ad verbum su anterior declaración. Ninguno de los tres sabía firmar. Esta expresión también se emplea cuando el Alcalde Mayor, el Licenciado Francisco de Llanos, leyó una declaración a Ana Balza de Berganzagoitia. También en sendas lecturas que les hicieron a Gómez de Padura, Maria de Unzueta de Urtaran y Gregorio de Sauto, todos ellos menores de edad y vecinos cercanos; no ocurre lo mismo en el caso de otros cuatro vecinos de Lezama, dos de los cuales sabían firmar.

Esta misma expresión aparece en otro documento poco después, en 1600, cuando el escribano dio a entender a Pedro de Landazuri, vecino de Saratxo, una serie de preguntas formuladas por un receptor foráneo, y lo mismo ocurre con la anciana Catalina de Saracho.

 

Podemos concluir que en Lezama, y pueblos de su entorno como Amurrio, Larrinbe e Inoso, y en menor medida también en Baranbio, el castellano estaba bastante extendido entre los hombres, incluso entre aquellos que no habían recibido ni la más mínima instrucción básica. El hecho de que muchos hombres trabajaran como arrieros y realizaran frecuentes viajes a Castilla, La Rioja o Bilbao no explica este hecho por sí solo. Existían algunas escuelas rudimentarias y personas que enseñaban a título individual, pero también hemos visto que bastantes de estos castellanoparlantes no habían recibido formación alguna.

Pero, al mismo tiempo, se constata la existencia de personas que solo hablan euskera y de ciertos notables, como Murga y Uriarte, que también lo conocían, por lo que debía ser la lengua habitual en el seno de sus familias y en la comarca. Mi opinión es que el euskera era la lengua materna de la mayoría de la gente, al menos en la mitad oriental del Alto Nervión, y nunca mejor dicho lo de materna porque su supervivencia se ha debido sobre todo a las mujeres, que transmitían el idioma a sus hijos. Pero muchos hombres sabían también castellano, aprendido en la escuela, sirviendo en lugares de mayoría castellanoparlante o directamente enseñado por el padre u otro familiar varón; el conocimiento de este idioma facilitaba mucho las cosas, habida cuenta de que era necesario para la arriería, el comercio, la emigración, el servicio militar, la administración, etc.

Tampoco podemos pasar por alto el significativo detalle de que Menoyo no supiera euskera, otro notable, personaje activo en la Tierra de Ayala, natural de Salmanton; no solo es relevante que el no lo supiera, sino el hecho de que pudiera desempeñar su oficio sin conocer la lengua. Quizá en la mitad occidental del Alto Nervión el euskera estuviera menos extendido de lo supuesto.

 

En el artículo que he enlazado anteriormente, defiendo que el panorama lingüístico del Alto Nervión en siglos pasados fue más complejo de lo que tendemos a creer en esta época en la que los idiomas se emplean, por desgracia, como arma arrojadiza. Esta es una comarca caracterizada por la heterogeneidad, con grandes diferencias entre sus distintos componentes, y no iba a ser menos en lo lingüístico. El Alto Nervión fue, durante siglos, la frontera occidental del euskera; pero cada vez me parece menos conveniente usar el término “frontera” por implicar división. Más bien, fue el lugar de encuentro entre ambas lenguas, que por largo tiempo convivieron una junto a la otra: personas que solo sabían euskera y personas que solo sabían castellano junto a una amplia gama de gente que conocía ambas. Esa debió ser la tónica general en el conjunto del Alto Nervión, lo cual no quita que hubiera áreas donde el euskera debió tener una presencia más reducida (Artziniega, Arrastaria y Orduña) y otra en la que era lengua dominante (Laudio, Baranbio).

Esta convivencia de lenguas queda maravillosamente reflejada en un escrito de los hermanos Olamendi, sacerdotes de Luiaondo a principios del siglo XIX, en el que manifestaban la existencia en la localidad de gente que decía desconocer el castellano y de otros que desconocían el euskera, todo ello en un mismo lugar. Autores medievales como Lope García de Salazar ya señalaron en su momento que Ayala había sido poblada por “vascongados e latinados”, lo que, más allá del mito en el que se contextualiza, refleja la convivencia de ambas lenguas en esta Tierra desde tiempos antiguos. Y esa es la palabra a destacar: convivencia, en las mismas localidades, en las mismas personas. Solo así se puede entender que doscientos años después de los hechos narrados el euskera siguiera vivo en estas localidades.

Pero esa ya es otra historia.

Tiempos de sangre: noticia de seis asesinatos

Hoy os traemos seis -siete, en realidad- casos de asesinato ocurridos en el Alto Nervión en los primeros años del siglo XX. Un índice de criminalidad impensable hoy en día. Sobre lo que de verdad ocurrió y las sentencias del jurado…..que cada cual extraiga sus propias conclusiones.

 

BARANBIO

 

18 de septiembre de 1904. Domingo.

Daniel Buruchaga Garay era un joven soltero de 25 años que trabajaba como zapatero en su misma casa, en el barrio Rotabarria de Baranbio. Y, además, sabía tocar la guitarra. Aquella tarde de domingo la pasó en el baile en compañía de varios amigos y de su hermano Eusebio, un año menor, junto a quienes fue a una fuente situada junto a la carretera -seguramente La Fuente Apestada-.

Entre las siete y las siete y media de la tarde, mientras templaba su instrumento, apareció Miguel Aguirre Zulueta, de 28 años y vecino del caserío Pagazondo. Tras dirigirle alguna palabra, Miguel golpeó varias veces a Daniel, quien trató en vano de protegerse con la guitarra, que terminó rota. En un momento, Daniel sacó una navaja e hirió a Miguel en el hipocondrio derecho, a resultas de lo cual falleció al día siguiente.

El juicio se celebró a mediados de 1905. Según la defensa, Aguirre tenía una conducta pésima y ya había amenazado de muerte a Daniel, a quien tenía amedrentado. La disputa se habría originado por ciertas palabras que Miguel habría considerado ofensivas, aunque Daniel no las consideraba como tales, a pesar de lo cual ya le había pedido perdón días antes por medio de Juan José Isasi Aldama, de 25 años.

Testigos como Jesús Echevarria Isusi, Ignacio Cerrillo Padilla, Juan Landaluce, Hilario Aldecoa e incluso Antonio Aguirre, hermano del fallecido, todos ellos jóvenes veinteañeros, coincidieron con la opinión del acusado, excepto en lo referente a si Miguel golpeó o no primero a Daniel con un palo.

Muchos hombres de la localidad fueron interrogados, como Tomás Acha Arteta (un joven de 20 años que apenas un año después salió de su casa en dirección a Bilbao y del que no se supo más), Romualdo Balza, Santiago Buruchaga, José Isasi, Juan Tomás Rementeria, Francisco Zabaleta, Hermógenes Echevarria, el guardia Ricardo Fernández y otros muchos. Todos dijeron que el acusado era de excelente conducta y el muerto de mediana, citando algún caso que lo probaba. Todos afirmaron ser cierto que Daniel fue golpeado con un palo, algunos oyeron las amenazas de muerte y otros incluso decían haber sido amenazados ellos también.

La versión del fiscal no fue del todo coincidente. Afirmaba que el baile había tenido lugar en el Balneario y que al acabar antes de lo que le habría gustado, Miguel dijo que “ojalá se hunda”. Daniel lo contó por el pueblo y Miguel se irritó. El fiscal presentaba a Miguel como una persona de buena conducta, que solo habría tenido una leve riña con un Daniel que le habría atacado con saña. Además, afirmaba que solo su hermano había sido testigo de los hechos, que el resto no pudo ver nada y que, al no haber declarado inmediatamente después de la muerte, habían tenido tiempo para prepararlo todo y exculpar a Daniel.

La acusación lanzó un encendido discurso que El Heraldo Alavés reprodujo íntegramente. Afirmaba que el juzgado de Amurrio acababa de fallar tres causas en las que los muertos fueron presentados como pendencieros y los procesados “unos santos varones”. Llamaba la atención sobre la proliferación de este tipo de sucesos en Amurrio: “los extragos de la impropia navaja cunden por vuestros pueblos”.

Finalmente, el jurado dio el veredicto de inculpabilidad, ante lo cual el teniente fiscal pidió la revisión del sumario por otro jurado. El 19 de mayo se revisó la causa contra Daniel Buruchaga pero, tras una nueva y encendida discusión entre la defensa y la acusación, el jurado popular absolvió a Daniel[1].

 

 

EL MUERTO DE LA VENTA DE LOS TRIGUEROS

 

Juan Villamaderne Expósito era un hospiciano nacido en Vitoria-Gasteiz, que fue entregado a un vecino de Aberasturi al que pasado un tiempo abandonó, aparentemente, sin causa justificada. Al parecer, por recomendación de un vecino de Bilbao, Juan pasó a servir al colono de la Venta de los Trigueros en Amurrio.

El 4 de noviembre de 1906 el criado se quedó solo en el caserío hacia las 16.00 horas. Al cabo de un rato, la señora de la casa regresó con una de sus hijas y notó la falta del criado. Después de llamarle a voces sin éxito, ambas salieron “con luces” a buscarle. Lo encontraron a unos 40 metros de la casa, bajo un nogal. El joven de tan solo 14 años tenía una herida en el lado derecho del pecho, causada, se creía, por arma de fuego o por un arma punzante cilíndrica. No se sabía si había sido un asesinato o un suicidio, pero la noticia causó mucho revuelo en la localidad de Amurrio.

Unos días después se hizo oficial que la muerte había sido causada con un instrumento punzo cilíndrico que le pasó entre el esternón y el arranque de una de las costillas, de modo que le alcanzó uno de los ventrículos del corazón. Este hecho, junto a la evidencia de que no había ni rastro del arma homicida, reveló que no había sido un suicidio.

Al día siguiente de ser hallado el cadáver, dos jóvenes de un barrio cercano fueron detenidos pero las sospechas eran infundadas por lo que fueron liberados. Nadie se explicaba el motivo del asesinato ni tenían indicios sobre la autoría. Y así el crimen quedó sin resolver[2].

 

MENAGARAI

 

Gumersinda Respaldiza Negrete nació en Zuaza en 1869. Viuda y con hijos, se casó en segundas nupcias con Valentín Rotaeche Luengas, nacido en Zuaza en 1854, viudo y también con hijos. Era vecino del barrio Jauregi de Menagarai, donde vivieron tras la boda.

Según parece, Gumersinda inspiró a su hijastro Julián Rotaeche Arechavala, nacido en 1898, “un miedo cerval, por causas que no se han podido descubrir”. Un día, un hijo de Gumersinda cayó enfermo en cama y ella pidió dinero a su marido para comprar medicamentos. Valentín se negó y entre ambos surgió una disputa tras la cual Gumersinda llegó a pedir la cuenta de sus bienes dotales. No habría sido la primera disputa entre ellos.

El 19 de marzo de 1908 Valentín salió de su casa a las 3 de la mañana para ir a la feria de Güeñes, dejando solo a su hijo con la madrastra. Según su propio testimonio, a la una de la tarde un tal Ramón le comunicó que su hijo había muerto abrasado en su casa, por lo que tomó el camino de regreso. Gumersinda fue acusada de haber arrojado petróleo sobre su hijastro y, obligándole a ponerse de rodillas, le prendió fuego, de modo que el niño se abrasó de rodillas a cabeza.

A mediados de noviembre se celebró el juicio contra Gumersinda. La prensa la describe como una mujer de regular estatura, color cetrino y facciones duras y angulosas. Se presentó en el juicio vestida de negro, con un pañuelo del mismo color en la cabeza y un niño de corta edad en brazos. Según su versión, Julián se quemó por accidente cuando llevaba una candileja y algo de paja para encender la lumbre, tarea que solía realizar habitualmente. Además, afirmaba que el niño tenía miedo a su padre, no a ella.

Por su parte, Valentín declaró que Julián tenía respeto a su madrastra, que no miedo, y negó la existencia de cualquier conflicto en su casa, así como haberse negado a facilitar medicinas alguna vez. El día de autos, al regresar a casa, Gumersinda le contó la misma versión de los hechos que manifestó en el juicio pero el no la creyó. Además, afirmó que su mujer confesó haberse delatado al intentar deshacerse de las ropas, que fueron encontradas a medio quemar.

Uno de los testigos de los hechos fue Esteban Iriarte Robina, vecino de los protagonistas. Esteban, que aseguró que el matrimonio sí tenía conflictos, subió a la casa momentos después de los hechos y ordenó llevar al niño a la cama. A diferencia de otros declarantes, Esteban no notó que oliese a petróleo en la casa. Y es que los testimonios son bastante contradictorios. Por ejemplo, Miguel Murua, que era cuñado de Gumersinda, decía que el matrimonio se llevaba bien. Además, algunos afirmaban que Julián tuvo tiempo de hablar y acusar a su madrastra antes de morir, mientras otros declaraban que no le oyeron decir nada.

Tampoco los cuatro médicos que comparecieron en el juicio, incluidos los dos que realizaron la autopsia, se pusieron de acuerdo. Dos de ellos declararon que sospechaban que el niño fue sujetado por más de una persona en posición arrodillada cuando se quemó, ya que no tenía quemaduras en las rodillas, alrededor de la boca y en ciertas partes del hombro. En cambio, los otros dos médicos creían que el niño pudo haberse tapado la boca con la mano mientras que era posible que unas telas más fuertes sobre los hombros hubieran impedido que se quemase. De hecho, citaron un caso real en el que sucedió algo así.

Finalmente, el fiscal retiró la acusación y Gumersinda quedó en libertad. Sin embargo, la prensa de la época no dudó en presentar a la mujer como una malvada perturbada, siguiendo lo que la fiscalía decía al respecto[3].

 

 

BERGANZA

 

El 12 de enero de 1909 al mediodía el Juez de instrucción de Amurrio acudió al barrio de Berganza, en jurisdicción del mismo ayuntamiento, ante el rumor de que un vecino del barrio había sido herido, o muerto, por arma de fuego.

Las primeras informaciones señalaban que Manuel Barrio, de oficio cestero y paragüero, fue disparado “en la misma entrada o camino de Berganza” según iba para su casa. El disparo le causó una lesión en la región hepigástrica penetrando en la cabidad abdominal, a causa de la cual falleció momentos después de entrar en su casa, sobre las 19.30 o 20.00 del domingo día 10. Como principal sospechoso fue detenido José Valdés, así mismo cestero y paragüero, yerno del asesinado.

El juicio por asesinato se celebró el 1 de junio. Como ocurría en aquel entonces con todos los casos de homicidio, el juicio había generado mucha expectación, de modo que la sala estaba llena. Parece que los asistentes gozaron de un buen espectáculo ya que, como dice la prensa, “la vista es pródiga en incidentes, provocados por el procesado y testigos que, con su fantasía meridional, dan ocasión a que el público ría sus donaires y el argost [sic] en que se explican”.

Los protagonistas eran todos miembros de una familia gitana que residían en el barrio de Berganza, en jurisdicción de Amurrio. José Valdés estaba casado con Dominga, hija de Manuel Barrio y Francisca Giménez. Antes habían residido en Donostia pero se trasladaron a Amurrio para vivir con Manuel. Sin embargo, la convivencia fue dificil porque José maltrataba a su esposa, lo que provocaba enfrentamientos con su suegro.

Según el fiscal, el 10 de enero de 1909 ambos tuvieron una acalorada reyerta por la mañana en la calle y, al regresar a casa, en la cocina de sobremesa, riñeron de nuevo. Manuel agarró por el cuello a José y éste sacó un revolver y disparó a su suegro, que cayó muerto. Según otras fuentes, esto ocurrió, como se decía antes, delante de la propia casa.

Las declaraciones de los implicados fue lo que mayor hilaridad provocó en el público. En primer lugar, José Valdés negaba estar casado con Dominga y que éste fuera hija de Manuel, sino que lo sería de un tal León Pérez. Decía que desconocía quién disparó a Manuel y que la noche de autos estaba bebido. Luego afirmó que murió por disparo de su “amiga” (no mujer) Francisca. Pero su testimonio estaba repleto de contradicciones. Del mismo modo, Francisca Giménez no se declaraba mujer de Manuel Barrio, sino solo “amiga”, por lo que se decía soltera y afirmaba haber asegurado estar casada a la hora de elaborar el sumario por vergüenza.

Dominga Barrio, o Pérez, “que ni ella sabe cómo se apellida”, tenía solo 18 años y negaba tanto estar casada como que Manuel fuera su padre. Llegó a confesar que ella le dio el revolver a José para que matara a Manuel, que esgrimía un cuchillo. Esta versión fue confirmada luego por Francisca.

Finalmente, el jurado declaró culpable al procesado y la sentencia fue de conformidad con la petición fiscal: 17 años, 4 meses y 1 día de prisión[4].

 

 

LAUDIO/LLODIO

 

El 4 de junio de 1910 tuvo lugar en el juzgado de Amurrio el juicio por homicidio contra Ignacio Gabancho, de unos 54 años, vecino de Laudio/Llodio, que se presentó con blusa negra y pantalón mahón. Los hechos imputados habían tenido lugar el 23 de noviembre de 1909. Aquel día, Ignacio se encontraba en la taberna de Vicente Urquijo y tuvo un enfrentamiento con otro parroquiano, José Maria Otaola Urquijo. “La conversación era incisiva, mordaz, provocadora” sobre todo por parte de Otaola, que dirigió palabras hirientes contra Ignacio. Este se abalanzó y le abofeteó, pero el resto de la gente que estaba en la taberna intervino para que la cosa no fuera a mayores.

Después, Ignacio se marchó a la taberna de José Arbaizagoitia, donde jugó al mus con unos amigos, y allí se encontraba cuando a las 16.30 se presentó Otaola, con aspecto amenazador. “Sal de aquí, cochino” le dijo amenazándole con una vara. Entonces Ignacio le propinó una paliza “de órdago”. “En el paroxismo de su desesperación” le propinó una patada en sitio delicado y Otaola cayó al suelo falleciendo poco después.

En el juicio, Ignacio afirmaba que Otaola le culpaba de la encarcelación de un hijo suyo. Esa sería la causa de tanto resentimiento. Afirmaba que no le pegó ninguna patada, sino que intentó protegerse con el pie y Otaola tropezó con el, cayendo de mala manera. Arbaizagoitia certificó que Otaola, que era pendenciero y seguramente iba bebido, estuvo molestando a Gabancho con una vara y amenazando con matarle, y que Otaola cayó al ser retirado con cierta brusquedad por aquel. Finalmente, el jurado dictó sentencia de inculpabilidad.

Una de las curiosidades del juicio es que algunos de los testigos hablaban castellano con dificultad. De Felipe Urquijo Azcueta, hijo de Vicente el tabernero, se decía: “se expresa con marcado acento guipuzcoano. Habla en castellano, pero sus concordancias son vizcaínas”. Afirmaba que oyó decir a Otaola: “mi hijo está en la Cársel por ti”. José Arbaizagoitia también declaró con marcado acento euskaldun[5].

Por otra parte, en el mismo valle, el 1 de enero de 1908, a las 9 de la mañana, se supo que en el punto denominado Iturrutxo se había encontrado el cadaver de un hombre: el muerto era Félix Orueta Larrazabal, viudo de 72 años y vecino en el caserío Lusurbeilanda (Subilanda en el original). Tenía dos cuchilladas en el cuello y cuatro heridas graves en la cabeza producidas por golpes. Fueron detenidos su hijo José Maria, de 39 años, y su nuera Luisa Ibarrola, que vivían con el. Y aunque la fantasía popular ya estaba lanzando sus hipótesis, nada cierto se sabía[6].

 

LAS VENTILLAS

 

La prensa tituló este caso como “el crimen de Inoso” y tuvo lugar el 28 de julio de 1913. La víctima, Lorenzo Olaizola Arregui, aserrador de 30 años, salió aquella mañana de casa junto a su hermano Alejo para vender una vaca en la feria de Amurrio, lo que no consiguieron efectuar. Residían en un caserío del barrio de Las Ventillas de Ugazi, en jurisdicción de Oiardo. La familia era conocida como “La Cueva” y “no estaba bien conceptuada”.

A la vuelta, se detuvieron en la “Venta de la Choza”, donde se encontraron a otro hermano llamado Martín (al que, sin embargo, no hemos hallado en los registros parroquiales). Las primeras informaciones publicadas por la prensa afirmaban que Lorenzo había salido de la Venta hacia su casa y que fue su hermano Martín quien le encontró al día siguiente tirado en la cuneta.

Sin embargo, posteriores versiones apuntaban que fue una hermana quien se lo encontró en la cuneta de la carretera, herido y borracho, en plena noche, ya que salió en su busca al no haber regresado a casa a las 3 de la mañana. A pesar de la situación, la familia Olaizola no buscó apoyo médico, la ayuda de los vecinos ni servicio espiritual alguno hasta las 11 de la mañana del día siguiente, lo cual causó una mala impresión (y seguro que no pocas habladurías) en la comarca.

A dicha hora de la mañana, llamaron al sacerdote de Astobiza, quien le administró la extremaunción a pesar de que parecía haber fallecido ya. Después llamaron también al médico, de quien se dijo, sin embargo, que había pasado dos veces cerca de la casa sin que hubiese sido llamado a entrar en la misma. El médico constató que el difunto presentaba una gran herida en la cabeza, producto de un fuerte golpe propinado por alguna persona. Posteriores pesquisas descubrieron que no había rastro de sangre alguno entre la Venta y el lugar en el que apareció. Y la autopsia reveló que no había ingerido alimento ni líquido alguno desde bastante tiempo antes de su muerte.

En primera instancia, su hermano Martín fue detenido como sospechoso pero, finalmente, la acusación recayó sobre su convecino Hermenegildo Urruticoechea, con quien tenían resentimientos previos. La familia de la víctima comentaba que el procesado había amenazado a su familia por cierta cuestión acerca de la posesión de una cabra. Tenía un hermano llamado Santiago, procesado por homicidio en Bilbao.

El juicio se celebró en junio de 1914. El fiscal sostenía que Hermenegildo y Lorenzo habían tenido una disputa verbal a resultas del cual el primero golpeó al segundo con una guadaña, dejándole malherido, de modo que solo pudo llevarle a casa con ayuda de Martín Olaizola. No era lo que éste afirmaba: en el juicio, declaró haber encontrado a su hermano acostado en la carretera y, creyendo que estaba borracho, lo llevó a casa, solo y con cierta dificultad. La madre, Dolores Arregui Tierra, le dejó dormir también en la creencia de que estaba borracho. Sin embargo, al percatarse de que no se movía por la mañana, lo desnudó y vio que estaba lleno de golpes. Solo entonces habría llamado al médico.

El padre, llamado Gregorio y sordo, cayó en numerosas contradicciones y no fue el único: tampoco el acusado consiguió aclarar convincentemente lo que hizo el día de autos, y lo mismo ocurrió con otro testigo, Ciriaco Bilbao. Además, Eladia Bilbao dijo que había oído al finado decir que Hermenegildo le había pegado, pero los forenses afirmaron que no era muy probable que Lorenzo hubiera podido hablar con aquella contusión, por lo que su testimonio no fue muy tenido en cuenta. Otros testigos de la causa fueron Francisca Guaresti Tellaeche, Martín Arregui Tierra, Mauricio Guinea y Maria Echeguren, que no aportaron nada de interés.

Por todo ello, tanto por las contradicciones de los testigos como por la ausencia de pruebas condenatorias, el jurado dictó sentencia de inculpabilidad absolviendo al procesado[7].

 

 

 

[1] El Heraldo Alavés, Año V, nº 1269, 21-2-1905; El Heraldo Alavés, Año V, nº 1270, 22-2-1905; El Heraldo Alavés, Año V, nº 1340, 19-5-1905

[2] El Heraldo Alavés, Año VI, nº 1775, 8-11-1906; El Heraldo Alavés, Año VI, nº 1780, 14-11-1906

[3] El Heraldo Alavés, Año VIII, nº 2382, 16-11-1908

[4] El Heraldo Alavés, Año IX, nº 2428, 13-1-1909; El Heraldo Alavés, Año IX, nº 2539, 1-6-1909

[5] El Heraldo Alavés, Año X, nº 2914, 3-6-1910; El Heraldo Alavés, Año X, nº 2915, 4-6-1910

[6] El Heraldo Alavés, Año VIII, nº 2125, 3-1-1908

[7] El Heraldo Alavés, Año XIII, nº 4863, 5-8-1913; El Heraldo Alavés, Año XIV, nº 6017, 9-6-1914

[8] El Heraldo Alavés, Año XXIX, nº 8575, 1-8-1929; El Heraldo Alavés, Año XXX, nº 8907, 6-9-1930

[9] El Heraldo Alavés, Año XXXI, nº 9023, 28-1-1931

Los Arriaga: auge y caída de un linaje

El origen del linaje

 

Los Arriaga proceden de la casa solar del mismo nombre situada en Lezama. La documentación del siglo XVI no nos permite afirmar que la casa de Arriaga destacase sobre el centenar aproximado de caseríos, la gran mayoría habitados por labradores propietarios, que conformaban el pueblo de Lezama.

Sin embargo, Martín de Arriaga fue una de las once personas que firmaron las ordenanzas de Lezama, redactadas en el año 1511. Este hecho significaría que Martín era uno de los vecinos más destacados e influyentes de la localidad. Pero no parece que su posición fuese especialmente destacable más allá del ámbito estrictamente local. No era un notable de la Tierra de Ayala, ni mucho menos.

Nieto de Martín habría sido Juan López de Arriaga, casado con Juana de Quincoces, con quien tuvo a Pedro de Arriaga, casado con Mari Ortiz de Landazuri (a veces figura como Ortiz de Zulueta) en 1589. Pedro aparece como uno de los vecinos pagadores de Lezama en una lista confeccionada en el año 1590 y era, sin duda, el dueño del solar de Arriaga, pues dicha lista se encuentra ordenada geográficamente y su posición entre los vecinos del barrio Latatu y los de Gorostiza no deja lugar a dudas.

Por estos años finales del siglo XVI Pedro de Arriaga fue protagonista junto a su madre de algunos pleitos que acabaron por llegar a la Chancillería de Valladolid. Así ocurrió en 1592 y 1593. El conflicto tuvo lugar cuando su vecino Juan Miguel de Latatu acudió junto a su hijo Martín a casa de Arriaga para reclamar a Pedro el pago de una deuda de 6 ducados que éste tenía con Cristóbal de Mújica Butrón, señor de la casa y torre de Astobiza. Padre e hijo alegaron haber sido insultados y golpeados con un bastón y por ello procedieron a denunciar a Pedro de Arriaga y a su madre Juana de Quincoces.

Hasta aquí, nada hace pensar en un excepcional poder de esta familia.

El siguiente propietario de la casa fue Francisco de Arriaga, hijo de Pedro, casado en 1624 con Francisca de Elgueta, natural del barrio Unzueta del mismo lugar. Tras enviudar, Francisco se casó en 1648 con Francisca de Olagorta Perea, natural del mismo barrio. Estos fueron algunos de sus hijos:

  • Pedro (1625), casado en 1653 con Maria de Onsoño Solorzano, del barrio Latatu, de los cuales no tenemos más noticia.
  • Juan (1635), que fue el hereder, como veremos.
  • Martin (1639), casado en 1664 con Maria de Sautu Ocarandui, heredera del caserío Sautuko, fallecida poco después sin dejar hijos. Martín se casó de nuevo en 1666 con Maria Cruz de Murga Ibarrola, cuyo hermano fue notario.
  • Francisco de Arriaga Perea (1651), que habría heredado el caserío Olagorta de su familia materna; se casó en 1670 con Maria Cruz de Guinea Lopez de Inoso, también del mismo pueblo. Sus descendientes residieron en este caserío durante generaciones, de modo que en la última década del XIX todavía pertenecía a Nicolás de Arriaga Respaldiza, nacido en 1845 pero ausente ya en América. Por cierto, que es muy posible que su padre Francisco de Arriaga fuera el vecino de Lezama que, según la prensa de la época, asesinó a su mujer embarazada el 27 de julio de 1847.
  • Juan de Arriaga Perea (1653), se casó en 1676 con Marina de Guinea Lopez de Inoso y tuvieron dos hijas, pero no tenemos más datos sobre esta familia.

 

El ascenso

 

El heredero de la casa solar de Arriaga fue Juan de Arriaga Elgueta, casado en 1665 con Maria Thomas Diaz de Basabe Zaballa. Posiblemente, ella fue la que introdujo la casa solar de Isasi en la familia, casa que aún hoy en día ostenta el mismo escudo de armas que la casa de Arriaga. Esta unión de dos ilustres casas sin duda muestra la mejora de la posición económica del linaje. Entre otros muchos de los que no disponemos información, por haber fallecido párvulos o a temprana edad, tuvieron los siguientes hijos:

  • Juan (1668), se casó con Gerónima de Montoya en la localidad de Anúcita y residieron en las Ventas de Mimbredo, un importante lugar de tránsito en aquel entonces.
  • Maria Thomasa (1671), se casó con Domingo de Perea Larrea, heredero del caserío Bidaur de Lezama
  • Domingo (1673), que fue el heredero
  • Antonia (1681), se casó con Domingo de Landazuri Montoya.
  • Francisco (1687), que heredó la casa de Isasi en 1712 al casarse con Ana de Unzueta Berganza, del caserío Bideko. Una de sus hijas se casaría con Juan Valentín de Ibarrola, abogado en la Real Chancillería de Valladolid, y fundadores de un vínculo del que acabaron formando parte media docena de casas en Lezama, como Isasi, Bideko, Amezketa, etc.

El heredero de la casa de Arriaga fue Domingo, casado en 1703 con Maria de Gurbista Landa, también de Lezama. Fue este matrimonio el que puso los pilares del mayorazgo de Arriaga y el que mejoró sustancialmente el patrimonio y la situación de la familia, aunque desconocemos de dónde procedían los capitales que hicieron posible esta mejora.

A pesar de que su padre repartió las dos casas que poseía entre dos de sus hijos, Domingo compró varias casas: en 1708 compró parte de un caserío en Basabe a Sebastián de Viguri, y pronto se hizo con la totalidad de la casa. En 1717 compró el caserío que fue de Pedro de Aranguren en Latatu tras un concurso de acreedores. Además, en 1719 la casa de Arriaga contaba con un molino propio, el cual es probable que fuese construido por esta época, ya que no se menciona con anterioridad en la documentación notarial.

Estas tres casas fueron heredadas por Domingo Antonio de Arriaga Gurbista en 1738 con ocasión de su matrimonio con Rosa de Zulueta Sauto, natural de Larrinbe, de modo que en 1749 creó el vinculo y mayorazgo de Arriaga. Pero el poder alcanzado por esta familia se va a expresar sobre todo en las prósperas carreras de sus numerosos hermanos, que sin duda serán los que hagan mayor fortuna.

Trataremos en primer lugar de los descendientes de la familia que permanecieron en la Tierra de Ayala:

  • Juan Silbestre de Arriaga Gurbista (1706 – 1769), el primogénito, fue sacerdote y beneficiado en la parroquia de San Martín de Lezama, pero además fue una pieza fundamental para el devenir de la familia al hacerse con un patrimonio realmente importante. En 1734 heredó una casa en el barrio de Basabe de su tía abuela Francisca de Basabe; en 1750 compró la torre Jauregia en Baranbio con su ferrería y todos los pertenecidos; y en 1763 compró los restos de una casa arruinada por un incendio en el barrio Olamendi, que reconstruyó poco después. La posesión de estos bienes, sobre todo de la ferrería, hicieron de este sacerdote un personaje importante.
  • Joseph Antonio de Arriaga Gurbista (1717) fue Abogado de los Reales Consejos, Cura y Beneficiado en la parroquia de Lezama y vicario de la Tierra de Ayala.

 

Mientras algunos de sus hermanos prosperaban tanto en Ayala como en América, el heredero de la casa solar de Arriaga no trascendió al ámbito local y además falleció relativamente pronto, de modo que su viuda arrendaba la casa a Antonio de Gurbista en 1760.

Habían tenido dos hijas que se casaron con Matías Martinez de Morentin y Pedro de Bea-Murguía Bea respectivamente, y dos hijos. Dámaso Antonio parece que emigró a Cádiz, y Domingo Santiago (1747) fue el heredero. Como curiosidad, Domingo Santiago no podía acudir a desposarse con Concepción de Elordui Izarza, y por ello otorgó poder a Agustín de Eguia, Teniente Alcalde y Juez de la villa de Bilbao, o en su defecto a Pablo de Basarrate. Esto ocurrió en 1772.

Domingo Santiago no solo heredó el mayorazgo de Arriaga sino que también recibió todos los bienes que había acumulado su tío Juan Silbestre de Arriaga. Como en ellos se incluía la torre Jauregia y su ferrería, Domingo Santiago pasó a residir en Baranbio en adelante, aunque es posible que no vivieran allí sino en una casa del barrio Errotabarria.

La decadencia

 

Con Domingo Anselmo de Arriaga Elordui, el linaje de los Arriaga comenzó a decaer. De sus hermanos, solo sabemos que Mariano se casó con Eulalia de Olalde aunque desconocemos donde residieron. Domingo Anselmo se casó con Maria Josefa de Sarraga Urizar y fueron también vecinos de Baranbio. En 1815 solicitaba una moratoria de 8 años para pagar a sus acreedores, debido a la miseria en que decía estar sumido debido a las cargas que ocasionó la invasión francesa. De hecho, años más tarde se le hizo concurso de acreedores y es por ello que se desprendió de sus bienes de Baranbio, incluida la torre Jauregia y la ferrería.Además, en 1827 su viuda Maria Josefa vendió la casa de Errotabarria a Antonio José de Bea-Murguia, vecino de Cádiz.

Por cierto, que la leyenda familiar afirma que este Domingo se suicidó a raíz de la pérdida del patrimonio familiar. Por el momento, lo único que podemos afirmar es que fue enterrado en Ugao el 13 de agosto de 1826.

Tuvieron varios hijos e hijas que se casaron fuera. Domingo José (1806) se casó con Maria José de Aguirre Uriarte, natural de Zeanuri, y pasaron a residir nuevamente en Lezama. Sin embargo, la familia ya no destacaba siquiera en la vida local. Tuvieron por hijos a Cirilo, que emigró a América como tantos otros en aquellos años, y a Petra (1858), casada con Lorenzo Martínez y heredera de los bienes que habían sido del mayorazgo de Arriaga, que como todos los mayorazgos ya había sido suprimido para entonces.

En 1884 aún conservaban dos casas en Basabe (o una casa con dos viviendas), la de Olamendi, Arriaga y la casa de Latatu, que tenía dos viviendas. Sin embargo, en 1920 solo tenían la casa de Arriaga y la de Latatu.

 

Los Arriaga y América

 

Parte del brillo de esta familia durante el siglo XVIII procedió de la exitosa carrera de sus miembros en América. En todo caso, los Arriaga estuvieron, en todas sus ramas, vinculados con el Nuevo Continente.

El primer Arriaga del que tenemos constancia que emigrase a América fue Domingo de Arriaga Murga, natural del caserío Sautuko, que falleció en las minas de Mazapil en 1709, a donde había partido hacia 1689.

Posteriormente, en 1732 había partido a Nueva España como criado de Pedro López de Echandia un jóven “mediano de cuerpo, blanco y delgado” de unos 16 años llamado Francisco de Arriaga, que seguramente fue hermano de los cuatro siguientes, de carrera exitosa en “las américas”. Fueron los siguientes:

  • Pedro de Arriaga Gurbista (1711), pidió licencia de pasajero a Nueva España en 1735, con el objetivo de cobrar diferentes mercaderías que tenía cargadas en siete navíos de una flota. Para ello, llevaba consigo dos criados, uno de ellos era Manuel de Arriaga Lezameta, su pariente lejano del caserío Olagorta. En 1743, también Juan de Arriaga Lezameta se encontraba en las Indias.
  • Manuel Emeterio (1719) pidió licencia de embarque en 1741 para pasar a América con dos criados, uno de ellos llamado Francisco de Uriarte y natural de Lezama. Sin embargo, en dicho viaje padeció un “riguroso tabardillo” desde el día de Todos los Santos, teniendo en su cabecera al Reverendo Padre Jocano, y falleció el 16 de noviembre de 1742. Antes de embarcar, era vecino de Puerto de Santa María junto a su hermano Pedro, cuando pidieron prestado dinero a su pariente Francisco de Arriaga Basabe, heredero del caserío Isasi. Por allí se encontraba también Joseph de Gurbista Mendieta, natural de Lezama, residente en Cádiz, y a la sazón cuñado de Francisco de Arriaga Lezameta.
  • Antonio Miguel de Arriaga Gurbista (1721) también estuvo en América. Poco antes de 1789 un tal Antonio de Arriaga Gurbista, vecino de Cádiz, compró el caserío Arrigoiti de Lezama. Sin embargo, no podemos aclarar si se trataba del mismo Antonio Miguel o de uno de los Arriaga Gurbista del caserío Olagorta.
  • Antonio Juan de Arriaga Gurbista (1727), que suele aparecer nombrado como Antonio a secas a pesar de tener un hermano llamado Antonio Miguel, fue elegido Corregidor de la Provincia de Canes y Canches, o Tinta, en el Reino del Perú, por lo que el 9 de enero de 1775 pedía permiso en Madrid para embarcarse a ocupar su oficio. Iría con un sobrino político, Eusebio Balza de Berganza Gurbista, natural de Lezama y casado en Orduña con Narcisa de la Fuente Arriaga. Este Antonio de Arriaga es el más famoso de toda la saga. En 1762 fue hecho prisionero por los ingleses mientras defendía con barcos reales y propios la colonia de Sacramento. Falleció en Tinta en noviembre de 1780 ahorcado por el alzamiento indígena de Tupac Amaru, tras haber desempeñado su oficio de Corregidor con notables abusos sobre la población local.

 

Por estas fechas, otros miembros del linaje se encontraban en las Indias. Por ejemplo, allí estaba Ignacio de Ibarrola Arriaga según el testamento otorgado por su madre en 1781. También estaba en América en 1775 Manuel de Arriaga Gurbista, dueño del caserío de Olagorta, aunque según parece sólo marchó por unos años. Además, tenía un hermano en Marsella, y uno de sus nietos emigraría a Cuba.